
El partido político español Vox ha denunciado lo que califica como un «ataque» por parte de grupos radicales en el municipio guipuzcoano de Azpeitia. Este incidente marca la tercera agresión que el partido liderado por Santiago Abascal ha sufrido en un lapso de 24 horas. Los incidentes anteriores ocurrieron en las localidades de Mondragón (Guipúzcoa) y Getxo (Vizcaya), donde el partido estaba realizando actos de campaña electoral en preparación para las elecciones vascas que tendrán lugar el próximo domingo, 21 de abril.
Vox informa que un grupo de «aproximadamente 300 jóvenes radicales vascos, perfectamente organizados» impidieron la realización de una mesa informativa en la plaza del Mercado de Azpeitia. Según el reporte del partido, los jóvenes estaban esperando la llegada de los miembros de Vox, a quienes recibieron con insultos y amenazas. Vox vincula directamente a estos jóvenes con el partido político EH Bildu, acusándolos de ser simpatizantes de este último.
Ante estos hechos, la Ertzaintza, la policía autónoma del País Vasco, aconsejó a los miembros de Vox trasladar la mesa informativa a otro lugar del municipio. Sin embargo, los agentes terminaron instando a los organizadores a suspender el acto. Entre los miembros de Vox presentes en el lugar estaba el presidente provincial de la formación en Guipúzcoa, Juan de Dios Dávila.
A pesar de la presencia policial, los jóvenes radicales golpearon los vehículos y amenazaron a los ocupantes hasta que abandonaron Azpeitia. Este incidente es el tercero de este tipo durante el fin de semana en torno a un acto de Vox en el País Vasco.
El sábado, un mitin presidido por Santiago Abascal en Getxo requería un dispositivo de seguridad policial especial debido a las protestas convocadas contra la presencia del líder de Vox en esta localidad. Finalmente, una persona fue detenida por arrojar un objeto contra un agente de la Ertzaintza que formaba parte del operativo.
Solo horas después, un grupo de militantes de Vox que intentaba organizar una mesa informativa en Mondragón también fue recibido con protestas, gritos e insultos en el centro de la localidad. La tensión escaló al punto de que se lanzaron botellas de vidrio y piedras contra los miembros de Vox, quienes, al igual que en Azpeitia, tuvieron que ser escoltados por la Ertzaintza.
Estos incidentes ocurren en un contexto político cargado, en la víspera de las elecciones vascas. Vox, que se ha destacado por su postura de derechas y su retórica antiindependentista, ha sido objeto de una serie de protestas y enfrentamientos en la región, lo que ha llevado a la intervención de la Ertzaintza para garantizar la seguridad durante sus actos de campaña.
Los hechos denunciados por Vox representan una escalada en la tensión política en la región del País Vasco. Los grupos radicales, según las acusaciones del partido, no sólo se han limitado a protestar verbalmente, sino que han recurrido a la violencia física, lo que ha requerido la intervención de la Ertzaintza en varias ocasiones.
Estos incidentes ponen de manifiesto el clima de hostilidad y polarización que existe en la política española, particularmente en regiones como el País Vasco, donde la cuestión de la independencia y la identidad nacional son temas altamente sensibles y divisivos.