
El escenario político en Oriente Medio se ha visto nuevamente sacudido por una serie de incidentes agresivos. En una revelación impactante, las autoridades iraníes admitieron que habían derribado varios drones en los cielos de las ciudades de Isfahan y Tabriz. Este hecho podría interpretarse como un nuevo ataque de Israel contra Irán, después del asalto aéreo previo a la embajada iraní en Siria el pasado 1 de abril.
Este último ataque resultó en la muerte de varios generales de la Guardia Revolucionaria, incluyendo a Reza Zahedi, uno de sus mandos más destacados. Estos sucesos provocaron una respuesta directa de Irán contra Israel el pasado domingo, atacando con más de 300 drones y misiles.
El think tank, Chatman House, advirtió recientemente que «la actual espiral de ataques mutuos puede sumir a todo Oriente Próximo en una guerra que ponga en peligro el destino de toda la región».
La agencia Mehr, controlada por el régimen iraní, reportó que la defensa antiaérea de Isfahan derribó 3 drones aproximándose a la ciudad en torno a las 4 de la mañana. A pesar del incidente, asegura que la ciudad está en «completa calma y segura».
La propaganda oficial iraní ha intentado restar importancia a la acción militar negando la presencia de misiles en el ataque, a pesar de los reportes de varios medios norteamericanos. Estos mismos medios informan que Irán ha procedido al cierre de varios aeropuertos en todo el país y que sus fuerzas armadas se encuentran en estado de alerta máxima.
La instalación de Isfahan, presunto objetivo de la arremetida, es una base de la fuerza aérea iraní, donde está estacionado un escuadrón de viejos aviones F-14.
Fuentes estadounidenses confirmaron a medios como la CNN la responsabilidad israelí en estos incidentes. Washington había solicitado a Tel Aviv que no atacara Irán de nuevo para evitar un aumento en la espiral de violencia en Oriente Próximo.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, declaró en una comparecencia en Naciones Unidas que «en caso de cualquier uso ilegal de la fuerza por parte del régimen israelí, Irán no dudará en darle una respuesta decisiva y adecuada para hacer que se arrepienta de sus acciones».
En otro giro de eventos, Irán ha advertido que la central nuclear de Dimona podría estar entre sus posibles objetivos futuros. El general Ramezan Sharif, un alto cargo de la Guardia Revolucionaria, negó recientemente que sus misiles y drones hubieran atacado estas instalaciones, a pesar de informes de medios israelíes que afirmaban lo contrario.
Por otro lado, otro oficial iraní, el general Ahmad Haqtalab, advirtió que si Israel golpea sus instalaciones nucleares, Irán responderá intentando alcanzar Dimona. Aseguró que «será ojo por ojo».
Estos recientes acontecimientos parecen ser solo el comienzo de una serie de agresiones y respuestas que podrían llevar a una escalada de violencia en la región de Oriente Medio. La situación es incierta y la tensión entre ambas naciones sigue aumentando, lo que hace que el futuro sea preocupante y altamente volátil.