
El martes 9 de abril de 2024, Iñaki Urdangarin pasa a ser un ciudadano libre tras completar su condena de cinco años y diez meses impuesta por varios delitos de corrupción vinculados al caso Noos.
Urdangarin, ex esposo de la Infanta Cristina, fue penalizado por la Audiencia de Palma por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Sin embargo, el Tribunal Supremo le redujo la sentencia en cinco meses al eximirle de falsedad en documento público.
La sentencia inicial lo llevó a ingresar en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) el 18 de junio de 2018. Durante su estancia en este centro penitenciario hasta enero de 2021, Urdangarin consiguió permiso para hacer voluntariado algunos días a la semana en la ONG El Hogar de Don Orione, dedicada a atender a personas con discapacidad en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón.
Urdangarin, que también es ex cuñado del Rey Felipe VI, fue trasladado subsiguientemente al Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid) para someterse al programa de reinserción para condenados por delitos económicos. Su último paso por el sistema penitenciario fue en la cárcel de Zaballa (Álava).
En marzo de 2022, Urdangarin obtuvo la libertad condicional una vez cumplidos dos tercios de su condena. En ese mismo año, encontró trabajo en un bufete de abogados en Vitoria, donde conoció a su actual pareja, Ainhoa Armentia.
Después de que se hizo pública esta nueva relación, Urdangarin se separó de la Infanta Cristina de Borbón en enero de 2022, tras casi 25 años de matrimonio. En enero de este año, anunciaron su divorcio.
Actualmente, a sus 56 años, el ex duque de Palma convive en Vitoria con Armentia en un piso cercano al de su madre, Claire Libaert.
En lo que respecta al caso Noos, la sentencia absolvió a la Infanta Cristina, pero se le impuso el pago de 136.950 euros como responsable civil a título lucrativo.
Tras cumplir su condena, Urdangarin mantendrá los antecedentes penales durante los próximos cinco años, siempre y cuando no vuelva a delinquir.
Este caso ha despertado un gran interés mediático debido a la relevancia de las personas involucradas y su impacto en la imagen de la monarquía española. La liberación de Urdangarin cierra una etapa en este proceso, marcado por momentos de gran tensión y escrutinio público.
La corrupción no es un problema menor en España, y casos como el de Urdangarin ponen de manifiesto la necesidad de seguir trabajando en la lucha contra este tipo de delitos. Aunque su liberación marca el fin de su condena, los efectos de sus actos persistirán en la memoria colectiva, siendo un recordatorio de la importancia de la integridad y la transparencia en la vida pública.
Su historia personal también ha sufrido cambios significativos durante este tiempo. Su divorcio de la Infanta Cristina y su nueva relación con Ainhoa Armentia reflejan los cambios en su vida personal a raíz de su condena y posterior liberación.
En resumen, la liberación de Urdangarin pone fin a una etapa de su vida marcada por la condena judicial y el escrutinio público. Sin embargo, los efectos de sus acciones y las lecciones aprendidas seguirán presentes en la sociedad española.