
La esencia del universo se reduce a la simplicidad de la mnada, una parte indivisible que lo compone todo. Tal como Gottfried Leibniz describió, estas mnadas son como casas sin ventanas, interactuando entre sí, pero no de manera directa o recíproca. En lugar de eso, dependen de una armonía externa, preestablecida y, en cierto sentido, divina. En el universo cinematográfico, la película ‘Siempre nos quedará mañana’ es una de estas mnadas. Esta obra de la debutante como directora, aunque no como actriz, Paola Cortellesi, ocupa un espacio único e irreductible en la memoria y la mirada del espectador. Esto, sin duda, la convierte en indestructible.
‘Siempre nos quedará mañana’ es una historia ambientada en la posguerra de una Italia liberada pero aún atrapada en las cadenas de una sociedad patriarcal que solo otorga el voto a los hombres. La protagonista, interpretada por Cortellesi, está rodeada de pobreza en todas sus formas. Su hija busca escapar de esta realidad aceptando un matrimonio que promete más sufrimiento que felicidad. Mientras tanto, la protagonista se ve maltratada por su marido, su suegro e incluso sus dos hijos que, a pesar de su juventud, ya muestran su crueldad.
Cortellesi utiliza una narrativa simple y llena de clichés y arquetipos. No es ajena a la narración directa y sentimental de autores como Carlo Collodi, más que al neorrealismo de Vittorio De Sica. ‘Siempre nos quedará mañana’ abraza los lugares comunes del neorrealismo, presentándolos con un tono rosa tan artificial que termina por destilar autenticidad. No busca esconder nada ni invitar al espectador a una cita culta. Su fuerza radica en la belleza de lo simple, en la justicia de lo básico, en la verdad universal. Esta es una película construida sobre la memoria de un cine común y una sensibilidad compartida, empeñada en reducir cada elemento a su forma más simple, más alcanzable, más reconocible. Una auténtica mnada.
Filmada en blanco y negro, la película evoca el recuerdo de un cine del pasado necesariamente descolorido por el tiempo. Cortellesi juega a dividir la realidad en fragmentos contradictorios que oscilan entre el melodrama y la comedia, el musical y la farsa. Es un cine de proclamación, que concluye con el recuerdo de cuando las mujeres votaron por primera vez, y de detalles minúsculos completamente triviales. Es un cine que habla sin vergüenza sobre el sentido de la vergüenza y que se presenta como un cine popular sin ningún complejo.
‘Siempre nos quedará mañana’ es una película irreductible, imposible de descomponer por su simplicidad elemental. Fuera de todo prejuicio, la película nos sitúa en el lado de una armonía deseable, incluso si resulta falsa. Una armonía que no necesariamente está preestablecida, pero que es reivindicable y por la que vale la pena luchar. Como dice el título original en italiano, ‘C’ ancora domani’, que se podría traducir como ‘Todavía hay futuro’, el futuro es femenino.
Directora: Paola Cortellesi. Intérpretes: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Vinicio Marchioni, Romana Maggiora Vergano, Giorgio Colangeli. Duración: 118 minutos. Nacionalidad: Italia.