
El famoso tenista español, Rafael Nadal, conocido por su seriedad y sobriedad, mostró un lado decadente que está lejos de la imagen de fortaleza a la que nos tiene acostumbrados. Desde que decidió tomarse un descanso en enero del año pasado para intentar recuperarse, ha estado arrastrando una serie de dudas y preocupaciones.
A pesar de todo, Nadal expresó su entusiasmo por jugar en Madrid, un lugar que para él es especial debido al apoyo abrumador que siempre ha recibido allí. Sin embargo, admitió que no está preparado para jugar al cien por cien. Aún así, se mostró decidido a salir a jugar en su próximo partido de primera ronda frente a Darwin Banch, programado para el jueves a las 17:00 h.
Hablando sobre su adversario, Nadal confesó que no ha visto mucho a Banch jugar. Su principal objetivo ahora es disfrutar de sus últimos momentos en Madrid. El veterano jugador de tenis es consciente de la incertidumbre que rodea su estado físico y su rendimiento.
Al ser preguntado sobre la posibilidad de un homenaje de despedida en la Caja Mágica, Nadal respondió con su habitual tranquilidad. Afirmó que no aspira a nada más que salir, jugar y divertirse. Si deciden hacerle un homenaje, será bien recibido, pero no es algo que busque activamente.
En lo que respecta a sus problemas físicos endémicos, Nadal admitió que las cosas no van como desearía. Aunque su deseo sería poder jugar sin muchas limitaciones, la realidad es que las sensaciones de la semana no han sido perfectas. A pesar de ello, está decidido a salir a jugar en Madrid por motivos personales.
Refiriéndose a su experiencia en Barcelona, Nadal reconoció que no fue feliz durante el segundo set en Barcelona, donde sufrió una derrota por 7-5, 6-1 ante Alex de Minaur en la segunda ronda del Conde de Godó. Sin embargo, si hubiera intentado forzarse a estar feliz, tal vez no estaría aquí hoy.
Nadal recordó con cariño sus experiencias jugando en la Caja Mágica, desde las Copas Davis hasta su primer triunfo en el torneo, contra Ivan Ljubicic. A pesar de sus inquietantes declaraciones, dejó una puerta abierta a que las cosas puedan cambiar. Su objetivo es estar en la pista y divertirse lo más posible.
El veterano jugador español es consciente de sus limitaciones físicas. Afirma que, aunque se siente bien tocando la pelota, no se siente lo suficientemente bien como para jugar con libertad. Esto le impide competir como le gustaría. A pesar de que su saque ha mejorado desde la semana pasada, hay otras cosas que no han mejorado.
Nadal concluyó diciendo que acepta la situación tal y como es hoy. Sin embargo, quiere estar preparado por si se produce un cambio. No pierde la esperanza y está dispuesto a darse las oportunidades para que eso suceda. Aunque no sabe qué pasará en las próximas tres semanas, está decidido a intentar jugar en Roland Garros. Si no puede hacerlo, no será el fin del mundo, ya que hay otros torneos por delante, incluyendo los Juegos Olímpicos.