
El pasado sábado, las autoridades brasileñas descubrieron una embarcación a la deriva con nueve cuerpos en su interior frente al estado de Pará, en el norte del país. Los documentos encontrados sugieren que las víctimas eran migrantes africanos, lo que ha revelado una nueva faceta de la crisis migratoria que se vive en el continente africano.
El hallazgo de la embarcación fue anunciado por un portavoz de la Policía Federal brasileña, quien inicialmente indicó a la AFP que se habían encontrado 20 cadáveres a bordo y que se creía que eran refugiados haitianos. Sin embargo, en una comunicación posterior, la Policía Federal precisó que se encontraron nueve cuerpos en total; ocho dentro de la embarcación y un noveno cerca de ella.
Los documentos y objetos encontrados junto a los cuerpos apuntan a que las víctimas eran migrantes del continente africano, específicamente de la región de Mauritania y Malí. Aún no se descartan otras nacionalidades y las autoridades continúan investigando la identidad de los pasajeros y el origen de la embarcación.
Aunque en un principio se señaló que las víctimas pudieron haber muerto de hambre y deshidratación, las investigaciones sobre el momento exacto y las causas de la tragedia todavía están en curso. El bote fue encontrado por pescadores flotando en el océano Atlántico, entre las localidades de Bragança y Quatipuru. La Fiscalía Federal brasileña ha abierto investigaciones penales y civiles sobre el caso.
La ruta del Atlántico desde el oeste de África hasta territorio de la Unión Europea es una de las más peligrosas del mundo. Los barcos que no logran llegar a su destino pueden ser arrastrados por los vientos alisios del Atlántico y las corrientes que van de este a oeste, quedando a la deriva durante meses. Las personas a bordo suelen morir de deshidratación y desnutrición y se sabe que algunos, en su desesperación, han saltado al océano.
La inmigración desde la costa noroccidental africana a España ha experimentado un incremento del 500% este año, lo que ha alarmado a las autoridades europeas. A pesar de un acuerdo de 210 millones de euros firmado en febrero entre la Unión Europea y Mauritania, la mayoría de las embarcaciones zarparon desde este país del oeste africano.
Más de 13.000 migrantes han llegado al archipiélago canario en lo que va de año, según el Ministerio español del Interior. Sin embargo, existen informes de cientos de personas desaparecidas. En Mauritania, las familias han formado una «comisión nacional» encargada de buscar a los migrantes desaparecidos y han seguido con ansiedad las noticias sobre el barco encontrado en Brasil.
Este trágico suceso pone de manifiesto la magnitud de la crisis migratoria que se vive en el continente africano. Es un llamado a la acción para las autoridades mundiales para abordar las causas raíz de la migración forzada y poner en marcha medidas efectivas para proteger los derechos y la vida de los migrantes.