
En un evento emocionante y lleno de tensión, Scottie Scheffler consiguió una victoria contundente en el Masters, asegurando su segunda chaqueta verde y solidificando su posición como el número uno indiscutible del mundo en el golf. Esta victoria es la tercera de la temporada para Scheffler, tras sus éxitos en Bay Hill y The Players.
El nacimiento anticipado de su primer hijo, que está previsto para finales de este mes, podría haber sido la única circunstancia que hubiera modificado el curso del torneo para el golfista americano. Scheffler ya había declarado que si esta circunstancia se produjera, abandonaría inmediatamente el Masters. Sin embargo, no hubo tal interrupción y Scheffler pudo jugar con total tranquilidad.
El día final del torneo vio a Scheffler controlando el campo con una facilidad asombrosa, sin un solo momento de inestabilidad. Con cuatro golpes bajo par (68), cerró con -11, ganando el reconocimiento y el aplauso de la multitud mientras se dirigía a la bandera del último hoyo. Su triunfo es un alivio para el PGA Tour, ya que Scheffler, su principal exponente, defendió con éxito el honor frente a la amenaza de los 13 jugadores del LIV golf.
Scheffler comenzó con un birdie en el tercer hoyo, sufrió dos contratiempos en el cuarto y séptimo hoyo, pero rápidamente se recuperó con tres hoyos consecutivos de aciertos del octavo al décimo. El sueco Ludving Aberg, un sorprendente caso de un jugador novato que competía en su primer torneo del grand slam, parecía ser el único con suficiente impulso para desafiar la victoria de Scheffler.
Aberg terminó los primeros nueve hoyos con -3, pero sufrió un duro golpe en el undécimo hoyo con una bola al agua y un costoso doble bogey. Esto marcó el fin de su desafío, y fue el momento que Scheffler necesitaba para despegar y sellar su victoria con birdies en el 13, 14 y 16. Aberg, a pesar de su desafortunado desvío, puede consolarse con el hecho de haberse convertido en el mejor debutante en la historia del Masters, ya que ningún otro jugador ha logrado terminar entre los cinco primeros en su debut.
Jon Rahm, con +9, tuvo su peor actuación en el Masters de Augusta de los siete que ha disputado hasta ahora. Rahm, quien impuso la chaqueta verde a Scheffler en la ceremonia de premiación, no está preocupado por su rendimiento. En sus palabras, «algo pequeño puede hacer que ganes o que no, no estoy preocupado… ya llegará».
José María Olazábal, el jugador de 58 años, logró no solo pasar el corte, sino finalizar empatado con Rahm en el puesto 45 de la clasificación. Olazábal, dos veces ganador del Masters, ha tenido sensaciones de juego olvidadas en su carrera y comentó que esta semana ha sido una de las mejores en mucho tiempo.
Este Masters, extraño y atípico, también vio a Tiger Woods terminar en la última posición de los que habían pasado el corte, marcando la peor actuación de su carrera en el torneo que ha logrado ganar hasta en cinco ocasiones. Sin embargo, Scheffler pareció ser el único en imponer cordura en el primer major del año, en un momento en que el mundo del golf todavía espera noticias de una posible unificación y paz en el deporte.
Este torneo demostró una vez más la volatilidad y la incertidumbre inherentes al deporte del golf. Sin embargo, también mostró la habilidad, la determinación y la resistencia que pueden llevar a los jugadores a la cima, como se evidencia en la impresionante actuación de Scottie Scheffler.