
Rojúu: el ‘Joven prodigio del pop español’ que desafía los límites del género
Rojúu es un joven artista catalán que desafía las limitaciones de las etiquetas. Nacido en Barcelona en 2003, Rojúu ha logrado hacerse un nombre en la industria musical española a pesar de su corta edad. Con una estética japonesa, un discurso calmado y una pose melancólica, Rojúu es un artista que se niega a ser encasillado.
La personalidad de Rojúu se refleja en su música y su presencia en las redes sociales. Es posible verle posando sin camiseta en una foto viral en Twitter, o abrazado por el famoso Mario Vaquerizo después de un concierto. A pesar de su fama y su presencia en las redes sociales, Rojúu mantiene un bajo perfil y a menudo se le ve con una actitud tranquila y reflexiva.
Rojúu, cuyo nombre real es Roc Jou, es hijo de artistas. Su padre, Iván Morales, es director de teatro y su madre, Laura Jou, es directora de cine. Rojúu ha estado en el ojo público durante una década y ha experimentado con diferentes sonidos durante casi todo ese tiempo.
Comenzó su carrera como youtuber a los 12 años y se metió de lleno en la música a los 14. Desde entonces, ha lanzado ocho trabajos. Su último proyecto, titulado ‘Los Sueños de Nube‘, es una narración multimedia que combina un cómic con un disco de 25 canciones.
«Necesitaba un reto. Hacer música se ha vuelto muy fácil, ha perdido la magia, la creatividad, la exigencia», dice Rojúu. «Ahora ser cantante es como ser el nuevo Spiderman o el nuevo Ronaldinho, un sueño pseudo accesible de ser famoso», añade.
Rojúu se siente desafiado por la facilidad con la que se puede hacer música en la actualidad y busca formas de innovar y mantener la creatividad en su trabajo. Para él, el cómic ha sido una forma de trabajar duro en una obra completa y de pasar meses trabajando en un proyecto.
A pesar de su éxito en la música, Rojúu no descarta la posibilidad de trabajar en otras formas de arte. Expresa su interés por el formato físico y afirma que le atrae la idea de que sólo se pueda acceder al corazón de su disco de forma material a través del cómic.
Rojúu también reflexiona sobre la rapidez con la que se consume la música en la actualidad y cómo esto ha influido en su propia producción musical. «Es música tan efímera… Pero la tendencia del consumo rápido lleva muchos años construyéndose y maquinándose. Es mucho anterior a TikTok», comenta.
A pesar de su juventud, Rojúu tiene una visión madura de la industria musical y de su lugar en ella. «Creo que mi objetivo principal es trascender en el sentido de que mi obra sea más importante que yo mismo. A mí me da igual que la gente conozca mi nombre o no. La gente conoce el cuadro de la Monalisa y quizás no sabe decir el autor. Conocen la melodía del Cascanueces y a lo mejor no saben quién la ha hecho. Eso para mí es lo más importante porque de repente has creado un arma en el mundo. Has logrado algo que tiene mucho más peso que tu ser», dice.
Rojúu también habla del ego en la industria musical y cómo esto puede influir en la relación entre los artistas. «Es un poco mentira. Es sumar egos. Es esa envidia sana de ‘me gusta que te vaya bien pero me molaría ser tú’. Es un sentimiento ruin y mierder en el fondo. No deja de ser odio mezclado con inseguridad», comenta.
En cuanto a la música en catalán, Rojúu se muestra a favor de dar voz a los artistas que cantan en este idioma, pero también defiende la libertad de los artistas para cantar en el idioma que elijan. «No hay que ir con antorchas cuando de repente un artista saca un tema en castellano. Hay que estar orgulloso de que Rosalía esté viviendo en Miami siendo la más dura. Hay que estar orgulloso de que Bad Gyal esté reventándolo haciendo giras por todos lados. Hay que estar orgulloso de que un tío como Cecilio G, nacido en Cataluña, haya creado una escena que tenga a Quevedo reventando estadios. Porque estoy seguro que ellos están orgullosos de haber crecido en donde han crecido y no por hacer música en otro idioma lo están menospreciando», concluye.