
En un desarrollo reciente y significativo, Pedro Rocha, durante su mandato como presidente de la Comisión Gestora de la Federación Española, se asignó el mismo sueldo que el ex presidente del organismo, Luis Rubiales, a pesar de un dictamen jurídico contrario. Esta información, obtenida exclusivamente por EL MUNDO, arroja luz sobre las prácticas de remuneración en la cúpula de la Federación Española.
Rocha, antes de su nombramiento, se desempeñaba como presidente de la Comisión Gestora, una entidad encargada de la administración provisional de la Federación Española en ausencia de un presidente electo. Durante este tiempo, decidió asignarse la misma remuneración que su predecesor, Luis Rubiales, a pesar de un informe jurídico contrario que apuntaba a la falta de legitimidad de este acto.
El informe jurídico en cuestión fue solicitado por la propia RFEF a su abogado externo, Tomás González Cueto. González Cueto, en su evaluación, concluyó que Rocha, por el hecho de presidir una gestora y no ser un presidente electo, no tenía derecho a asignarse la misma remuneración que Rubiales.
La remuneración de Rocha durante su mandato es un asunto de interés público, dado que la Federación Española es una entidad de gran relevancia en el país, encargada de la administración del fútbol español. La asignación de remuneraciones en la cúpula de la Federación es, por tanto, un asunto de alta importancia y transparencia.
Sin embargo, la decisión de Rocha de asignarse la misma remuneración que Rubiales, a pesar del informe jurídico contrario, plantea preguntas sobre la coherencia de las prácticas de remuneración dentro de la Federación. También plantea interrogantes sobre el papel de los órganos de gobierno interno, como la Comisión Gestora, y la forma en que éstos pueden influir en la asignación de remuneraciones.
La remuneración de los presidentes de la Federación Española ha sido un tema de debate en el pasado. Rubiales, durante su mandato, fue objeto de críticas por el tamaño de su remuneración. Rocha, al asignarse la misma remuneración, parece haber continuado con esta tendencia, a pesar del informe jurídico contrario.
Este informe de González Cueto, solicitado por la propia RFEF, es un elemento clave en este contexto. Su conclusión, de que Rocha no tenía derecho a asignarse la misma remuneración que Rubiales, plantea serias dudas sobre la legitimidad de la decisión de Rocha.
Además, el hecho de que este informe fuera solicitado por la propia RFEF sugiere que la Federación era consciente de las posibles implicaciones de la decisión de Rocha. Sin embargo, a pesar de la conclusión de González Cueto, Rocha procedió a asignarse la misma remuneración que Rubiales.
En conclusión, la decisión de Rocha de asignarse la misma remuneración que Rubiales, a pesar de un informe jurídico contrario, revela aspectos significativos sobre las prácticas de remuneración en la cumbre de la Federación Española. También plantea preguntas sobre el papel de los órganos de gobierno interno y la forma en que éstos pueden influir en la asignación de remuneraciones. A medida que este asunto continúa desarrollándose, será crucial mantener un ojo en los próximos pasos de la Federación.