
La calle Cullera, un rincón de Aluche en Madrid, es conocida por los residentes locales como la «zona cero» de los estupefacientes. Las quejas de los vecinos por la presencia constante de narcopisos, el comercio de drogas y la inseguridad generalizada son una parte amarga de su rutina diaria. Esta dura realidad ha sido una constante incómoda durante al menos las últimas tres décadas.
La situación se ha vuelto tan grave que ha llevado a algunos residentes a referirse a esta área como el epicentro del tráfico de drogas y del crimen en la ciudad. Sin embargo, hay esperanza en el horizonte. Según la información obtenida por GRAN MADRID, para finales de 2025, el Ayuntamiento de Madrid planea instalar 18 sistemas de videovigilancia en la calle Cullera, que serán el punto principal de refuerzo de la seguridad en la zona.
Estas cámaras, que contarán con inteligencia artificial (IA), permitirán el reconocimiento de matrículas de vehículos y ayudarán a las autoridades a identificar y localizar a los delincuentes. Esta medida es un claro indicador de la grave situación que se vive en esta problemática vía del distrito de Latina.
El Ayuntamiento ya ha concluido los estudios previos y está trabajando en la tramitación del contrato, que se llevará a cabo alrededor de marzo del próximo año. Sin embargo, la calle Cullera no será la única beneficiada por esta tecnología. El área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento, liderada por la vicealcaldesa, Inma Sanz, planea instalar cinco cámaras adicionales en el parque Calero, en el distrito de Ciudad Lineal.
Este parque es otro lugar de interés para las autoridades debido a la frecuencia de reyertas y episodios de inseguridad. También se planea instalar cámaras en el parque de Pradolongo en Usera, un área de 60 hectáreas que ha sido calificada durante años como la más peligrosa de la ciudad.
El uso de la inteligencia artificial en las cámaras de videovigilancia aporta una serie de ventajas significativas. Una de las limitaciones de las cámaras de videovigilancia tradicionales es que requieren que los operadores dediquen mucho tiempo a buscar imágenes cuando ocurre un incidente. Con la IA, durante la captura de la imagen, la cámara puede identificar y etiquetar una gran cantidad de elementos.
Además de facilitar el trabajo de la Policía Municipal y de otras fuerzas y cuerpos de seguridad, la videovigilancia también ayuda a disminuir los incidentes en las zonas en las que se instala, haciendo que los residentes y visitantes se sientan más seguros y mejorando la convivencia ciudadana.
Las cámaras previstas para finales de 2025 se sumarán a las ya instaladas o en fase de instalación desde que comenzó la legislatura. Por ejemplo, se han instalado cuatro nuevas cámaras en la Puerta del Sol, ubicadas en puntos estratégicos tras la remodelación del área. Tres de estos cuatro sistemas de alta resolución cuentan con IA y enfoque fijo.
Además, a partir del último trimestre del año, comenzarán a funcionar 16 nuevos dispositivos en la plaza del Dos de Mayo, en el distrito Centro, y 15 en Plaza Elíptica. Estas medidas supondrán una inversión de 1,5 millones de euros.
Desde 2019, cuando José Luis Martínez-Almeida asumió el cargo de alcalde, se han instalado 111 cámaras en Madrid, un tercio del total operado por la Policía Municipal. La videovigilancia se ha extendido a barrios como Bellas Vistas en Tetuán, San Diego en Puente de Vallecas, el polígono Marconi en Villaverde, Lavapiés, Chueca y la calle Montera.
Dado que las solicitudes de mayor seguridad provienen tanto de las juntas municipales de distrito como de los propios vecinos y comerciantes, es evidente que las cámaras son una herramienta esencial para la seguridad y actúan como elementos disuasorios para responder a los episodios de delincuencia. El proceso de instalación de nuevos dispositivos ya ha comenzado, marcando un paso adelante en la lucha por la seguridad en Madrid.