
El artista de reguetón Raul Clyde, oriundo de Aldaia (Valencia), se encuentra en un emocionante viaje hacia el estrellato, tras firmar con la discográfica Rimas, la misma que representa al famoso cantante Bad Bunny. Clyde, quien nació en 1997, es conocido por su timidez y su carácter reservado, pero también por su facilidad para hablar de cualquier tema con naturalidad. «Todo el mundo me dice que es algo loco y yo pienso lo mismo. Pero creo que el truco para no enloquecer es normalizarlo», dice.
Recientemente, ha lanzado su trabajo Destino 2014, una vibrante mezcla de «ritmos antiguos y nuevos» de reguetón, compuesta por 12 canciones. Clyde considera este álbum como «algo entre un EP y un disco». Se inspira en su adolescencia, cuando descubrió a artistas como Ñengo Flow, Tego Calderón y Jowell.
Su acuerdo con Rimas se produjo después de ser el telonero en España del puertorriqueño Mora, uno de los cantantes de más éxito en el roster del sello. Esto, junto con sus impresionantes cifras de streaming en Spotify, con 1.8 millones de oyentes mensuales, ha catapultado su carrera.
Clyde, que es diseñador gráfico de formación, siempre buscó la forma de unir su profesión con su pasión por la música. Anteriormente, trabajó en diversos trabajos, incluyendo como camarero y en el aeropuerto de Manises, mientras comenzaba a grabar sus propias canciones en casa.
El punto de inflexión de su carrera llegó con Tuenti, uno de sus sencillos de mayor éxito. «Hasta entonces ganaba 200 euros al mes y lo consideraba un plus al sueldo del aeropuerto. Pero ahí lo acababa de dejar», confiesa. La canción, que incluye un remix con Saiko, ha acumulado más de 45 millones de reproducciones.
Clyde tiene un fuerte apoyo en la figura de Saiko, a quien considera más un amigo que un compañero. Sin embargo, señala a Quevedo como su mayor referente en la industria musical. «Yo nunca imaginé que podría vivir de la música. Pero fue él quien nos abrió el camino a nosotros dos y a todos los chavales que venimos», dice.
A pesar de su creciente popularidad, Clyde se mantiene con los pies en la tierra. Sigue viviendo en casa de sus padres y planea mudarse a la ciudad de Valencia. También sigue manteniendo estrechos vínculos con sus amigos, a quienes considera fundamentales para su éxito. «Están locos conmigo. Intentan venirse siempre a los sitios y están orgullosos de mí. Es la idea de que si lo consigue uno, lo conseguimos todos», dice.
En cuanto a sus objetivos en la industria, Clyde no tiene una respuesta definitiva. Sin embargo, tiene claro que su objetivo principal es seguir disfrutando de la creación de canciones y compartirlas con su público. «Poco más», dice, «al final yo me lo paso bien haciéndola y no me gustaría tener que sacarla obligado por tener que ganar dinero».
Finalmente, una curiosidad sobre el artista: Raul Clyde no es su verdadero nombre. Nacido como Raúl Pérez Márquez, adoptó el alias de Raul Clyde, inspirado en un libro en inglés de su infancia. «Nunca me ha gustado tener mi nombre real en las redes sociales así que me puse ese y cuando me tocó cantar pensé que no iba a marear más y así se quedó», cuenta.