
Olga Kurylenko, una actriz conocida por su papel en ‘Quantum of Solace’ (Marc Forster, 2008), ha captado la atención del director francés Xavier Giannoli, gracias a su actuación en ‘To the Wonder’ (Terrence Malick, 2002), donde interpreta a uno de los vértices de un trío amoroso.
Giannoli, un director francés cuyo trabajo en 2022 con ‘Las ilusiones perdidas’ le valió siete premios Cesar, tenía en mente a Kurylenko para su próxima serie, ‘Sangre y dinero’. Esta serie, basada en un notorio fraude millonario relacionado con el impuesto de carbono, requería una actriz para interpretar a una buscavidas sensual y temeraria en su segunda temporada, programada para su lanzamiento el próximo 26 de marzo en Filmin. «En la superficie, es una mujer hermosa, que ha vivido muchas vidas, pero en último término es un personaje trágico», describe Giannoli.
Kurylenko, nacida en 1979 en Berdyansk, Ucrania, tiene una infancia dickensiana que parece adaptarse tanto física como experiencialmente al papel que Giannoli tenía en mente. Creció en un pequeño puerto junto al mar de Azov durante los últimos años de la Unión Soviética, compartiendo un apartamento con su abuela, su madre y un grupo diverso de parientes. De su infancia recuerda coser su propia ropa y la vergüenza de llegar a la escuela con zapatos rotos.
Su vida cambió a los 13 años cuando un cazatalentos la descubrió en una estación de metro durante unas vacaciones en Moscú. Tres años después, estaba volando a París para comenzar una carrera como modelo. Con el tiempo, comenzó a hacerse un hueco en el mundo del cine. Ahora, a los 44 años, ha acumulado 67 películas en su currículum.
En una entrevista, Kurylenko reflexiona sobre su carrera y su vida personal. Al preguntarle si su papel en ‘Sangre y dinero’ se parecía a su propia vida, la actriz respondió: «Cuando llegué a Francia desde Ucrania, viví un momento de supervivencia. Mi pensamiento en aquel tiempo fue que no iba a regresar a mi país de ninguna manera. Trabajaba y trabajaba. Como el resto de mis amigas, recibí ofertas de matrimonio, lo que es una opción, pero mi obsesión era ser independiente. Quizás es algo que aprendí de mi madre, a la que siempre vi salir adelante por sí misma. Así que me identifico con esos orígenes humildes, pero conozco a gente como mi personaje en la vida real. Durante mi carrera de modelo vi a muchas compañeras que ansiaban esa vida llena de peligros, jugar con fuego. Por suerte, salí de ahí».
Al cuestionarla sobre su relación con la atención mediática, Kurylenko expresó su preocupación sobre cómo las redes sociales han transformado la cultura de la fama. «Ahora ha cambiado todo mucho. Vivimos en la cultura del selfie, todo es apariencia. Se nos ha ido de las manos. Y me resulta triste, porque siento la impresión de que cuanto más nos obsesionamos con el aspecto físico, más perdemos la sustancia. Parece que el éxito se basa en poner morritos frente a la cámara y conseguir un millón de seguidores. Es todo muy superficial. A nadie le importa qué lees o qué te gusta».
Curiosamente, cuando se le preguntó sobre lo que le gusta leer, Kurylenko mencionó a Simone de Beauvoir como una de sus principales influencias. «La descubrí cuando empecé a aprender francés, porque quería perfeccionar el idioma. Me leí ‘Memorias de una joven formal’. Después, ‘El segundo sexo’. Luego, ‘La vejez’… Se convirtió en mi ídolo. Tuvo un enorme impacto en mí. Quería ser su amiga, convertirme en ella… Sé que es extraño, mucha gente leerá esto y dirá, pero qué está diciendo? Pero sus palabras se corresponden con mi visión del mundo. Sus pensamientos, creencias y sentimientos son similares a los míos».
Kurylenko también habló de su futuro profesional. A pesar de tener hasta diez proyectos en proceso entre series y películas, la actriz expresó su deseo de hacer una pausa. «Pues te aseguro que quiero bajar el ritmo. Ahora quiero ser ama de casa. No es muy glamuroso, pero estoy haciendo el camino inverso a mis amigas. Cuando éramos jóvenes, sólo pensaban en casarse y tener una familia, mientras que yo quería una carrera, y ahora, ellas quieren trabajar y yo, quedarme en casa».
Actualmente, Kurylenko reside en Francia. Al ser preguntada sobre su elección de vivienda, la actriz comentó sobre los cambios que ha experimentado Londres desde su separación de la Unión Europea y expresó su disgusto con la división de género en la aristocracia inglesa. «No me gusta nada la división de género que se da en la aristocracia inglesa. Hace poco estuve en una cena y cuando terminó, los hombres subieron arriba a beber su whisky y las mujeres nos quedamos en la mesa. Yo me dije, pero cómo es posible? Quería subir y hablar también con los chicos. Me gusta hablar con mujeres, por supuesto, pero en ese momento el tema de conversación era un aburrimiento: comentar un vestido, el bolso que había comprado no sé quién… Es justo lo contrario de lo que postulaba Simone de Beauvoir, hemos de caminar juntos, discutir los problemas, compartir nuestras vidas. Imagínate casarte con uno de esos tipos, que no quieren que les dirijas la palabra».
En conclusión, la vida de Kurylenko ha estado llena de giros y vueltas, desde sus humildes comienzos en Ucrania hasta su ascenso a la fama en Hollywood y su actual papel en ‘Sangre y dinero’. Con su dedicación al trabajo y su deseo de seguir adelante, Kurylenko demuestra ser una fuerza a tener en cuenta en el mundo del cine.