
El campeonato mundial de rally ha coronado a un nuevo campeón, el francés Sebastien Ogier del equipo Volkswagen Polo. Ogier se proclamó campeón por primera vez en su carrera después de la disputa del primer tramo cronometrado del rally de su país, la undécima y antepenúltima prueba del campeonato. Su rival, el belga Thierry Neuville (Ford Fiesta), necesitaba ser el más rápido en el tramo para impedir que Ogier se llevara el título.
El rally de Francia inició con el tramo cronometrado inaugural, que también tenía la condición de ‘power stage’, otorgando puntos adicionales a los tres primeros clasificados, distribuidos en 3, 2 y 1 punto respectivamente. Neuville requería ganar y sumar esos tres puntos para evitar que Ogier, quien sólo necesitaba uno, ganara el título en el tramo inicial. Sin embargo, Neuville fue superado por el español Dani Sordo (Citroën), lo que hizo que el francés Ogier se proclamara campeón incluso antes de tomar la salida.
Dani Sordo finalmente se llevó la victoria en el primer tramo cronometrado del Rally de Francia, que se celebró en Estrasburgo y cubrió una distancia de sólo 4.5 kilómetros. El cántabro Sordo, quien logró en septiembre su primer triunfo mundialista en Alemania y regresó a la competencia tras su ausencia en Australia, ganó la especial de Estrasburgo por delante de Neuville y del propio Ogier, que terminaron a siete y ocho décimas respectivamente.
Otro francés, Sebastien Loeb (Citroën), nueve veces ganador del Mundial que se despide del certamen en su Alsacia natal, marcó el séptimo mejor tiempo, quedando a 2.9 segundos de su ex compañero Dani Sordo.
Sebastien Ogier, de 29 años, se convierte así en el tercer piloto francés que alcanza la cima de esta especialidad automovilística, uniendo su nombre a los de Didier Auriol, laureado en 1994, y Sebastien Loeb, nueve veces dominador entre 2004 y 2012.
Ogier nació el 17 de diciembre de 1982 en la localidad francesa de Gap, en los Alpes franceses. Su pasión por el automovilismo se la inculcaron su padre, un gran seguidor de Ayrton Senna, y su tío, que competía en pruebas de ‘autocross’. Además, siendo un adolescente, acudía a las cunetas cercanas a su Gap natal para ver pasar a los participantes en el Rally de Montecarlo, la prueba más legendaria del campeonato.
Primero fue el esquí lo que atrajo a Ogier, del que es monitor diplomado, pero fue el automovilismo lo que se convirtió en su gran pasión y su profesión. Comenzó a despegar en 2005, cuando ganó un programa de selección de jóvenes pilotos organizado por la federación francesa, que le permitió pilotar un Peugeot 206 al año siguiente. Fue entonces cuando comenzó su estrecha colaboración con el que aún es su copiloto, Julien Ingrassia.
Hizo su debut en el Mundial en el Rally de México de 2008, al volante de un Citroën C2 S1600, con el que acabó en la octava plaza. Ese año se hizo con su primer gran título: el Mundial Júnior. Como recompensa, ese mismo año tuvo la oportunidad de pilotar un Citroën WRC en la carrera que cerraba el campeonato: el Rally de Gales.
En 2009 pasó al equipo ‘Citroën Junior’, y ganó el Rally de Montecarlo, que ese año no contaba para el Mundial. En 2010, como compañero de equipo de Sebastien Loeb, llegaron sus primeros triunfos en el Mundial. Ganó en Portugal y Japón para terminar el campeonato en la cuarta plaza.
Tras acabar tercero en el Mundial de 2011, con cinco victorias parciales, Ogier dejó Citroën en 2012 para emprender una nueva aventura en Volkswagen. Este año, 2013, Ogier ha dejado sentenciado el título a falta de dos carreras para el final. Suma ya seis triunfos parciales, entre ellos el Rally de Finlandia, para unirse al club de ganadores no escandinavos en el que ya estaban el español Carlos Sainz y sus compatriotas Didier Auriol y Sebastien Loeb.