
Iris Apfel, una figura icónica en el mundo de la moda que falleció el pasado 1 de marzo a la edad de 102 años, una vez dijo: «La vida es gris y aburrida, por lo que es mejor que te diviertas un poco cuando te vistes.» Esta afirmación encapsula perfectamente la filosofía de vida de Apfel, que siempre fue fotografiada con sus icónicas gafas negras de montura redondeada.
Conocida por su estilo maximalista, su armario estaba lleno de collares XXL, trajes de colores vibrantes, abrigos de aire teatral y chaquetas estampadas que desafiaban las convenciones. En 2024, este espíritu maximalista se refleja en muchas de las tendencias clave de la temporada. Nos invita a perder el miedo y a abrazar este horror vacui fashionista, creando looks tan luminosos como el cielo primaveral.
Yuji Kawasima, profesor del Área de Moda de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, sostiene que el éxito de la tendencia maximalista en la actualidad no es casualidad. Según él, en un momento postpandémico, con urgencias políticas, sociales y climáticas, este estilo parece reactivar uno de los grandes poderes que tiene el diseño de moda: el goce en el escapismo.
El maximalismo se impone en la elección de estampados vibrantes en lugar de los sobrios tonos de negro, beige o gris. Según la plataforma de análisis de tendencias Tagwalk, el animal print ha crecido un 120% respecto al año pasado, una tendencia confirmada por muchas asistentes a los desfiles más exclusivos del mundo, como Blake Lively o Salma Hayek.
En la pasarela, encontramos ejemplos representativos de la tendencia en la colección primavera-verano 2024 de Louis Vuitton, que se articula en torno a la superposición de prendas y el contraste. También están las audaces propuestas de JW Anderson, quien convirtió un bolso con forma de paloma (The pigeon clutch) en un objeto de deseo. En cuanto a la joyería, es imposible pasar por alto las piezas de Schiaparelli, especialmente los pendientes retrofuturistas creados con cristales Swarovski y microchips vistos en el último desfile de Alta Costura de la firma.
El maximalismo, con su ausencia de códigos de vestuario concretos, ofrece una flexibilidad que encaja con cualquier persona que busque formas estéticas capaces de integrar la gran diversidad de expresiones de género y corporalidades. Kawasima relaciona el auge del vintage con este gusto creciente por la extravagancia sin complejos y justifica así «la recuperación entre los jóvenes del legado histórico de diseñadores afines a una estética llamativa como Galliano, McQueen, Gaultier o Mugler».
Para quienes buscan introducir el maximalismo en su día a día sin resultar demasiado estridentes, la estilista Paloma Gras recomienda «jugar con volúmenes, texturas y colores». Por ejemplo, sugiere combinar «una camiseta con mensaje» con una chaqueta corta «estilo Chanel», con color y botones a contraste, o una blazer ancha. Como prenda inferior, propone «una falda globo con textura» o un pantalón «fluido con estampado». En resumen, el maximalismo invita a perder los miedos y a experimentar con la moda, creando looks únicos y