
La historia de los Thunder de Oklahoma City es un canto a la superación y un ejemplo palpable de que las estrategias a largo plazo pueden dar frutos. Su ascenso de las catacumbas de la NBA hasta la ‘pole’ del Oeste ha sorprendido a propios y extraños, y es que, contra todo pronóstico, han dominado 2-0 a los Pelicans en la primera ronda de los playoffs.
Este logro es el resultado de un plan a largo plazo diseñado por su arquitecto, el General Manager Sam Presti. Presti, que ya había experimentado el fracaso con un trío aparentemente insuperable formado por Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden (y Serge Ibaka), ha conseguido esta vez que su estrategia funcione.
El equipo de los Thunder, dirigido desde el banquillo por Mark Daigneault, ha vivido una progresión exponencial en las últimas temporadas. En tan solo tres temporadas han logrado ganar 57 partidos, 16 más que la temporada pasada y 16 más que la anterior. Este crecimiento exponencial les ha permitido lograr la corona del salvaje Oeste, una hazaña que nadie ha conseguido con una edad media de menos de 24 años.
Shai Gilgeous-Alexander es la estrella indiscutible del equipo, un ejemplo claro de superación de expectativas y un reflejo del trabajo duro y la disciplina inyectados en él por su madre, la ex velocista Charmaine Gilgeous. Shai ha crecido en todos los aspectos estadísticos. Actualmente es el tercer máximo anotador de la liga (30,1 puntos) y el mejor ladrón (2). Se ha convertido en el tercer jugador en la historia en promediar más de 30 puntos, dos robos por partido y 50% de tiros en una temporada, un logro que sólo han alcanzado anteriormente Stephen Curry y Michael Jordan.
La ju