
El pasado viernes 19 de abril de 2024, la sección segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real dictaminó una sentencia en un caso de homicidio con dolo. El acusado, J.M.L.E., librero de profesión, fue condenado como autor del delito a pasar seis años y tres meses de prisión.
El incidente que llevó a su condena ocurrió en la madrugada del 1 de agosto de 2021. Según los informes, J.M.L.E. disparó a un hombre que había entrado a su casa de campo, ubicada en el Parque Forestal de La Atalaya de Ciudad Real, con la intención de robar herramientas.
El acusado, al escuchar ruidos en su propiedad, se despertó y tomó una de sus escopetas – pues tenía varias armas de caza en su vivienda – y salió a investigar. Encontró al intruso a 15 metros de distancia, portando una motosierra apagada y otras herramientas que había sustraído de su propiedad.
En respuesta a la invasión, J.M.L.E. disparó al presunto ladrón en el tórax a una distancia de cinco metros, sin previo aviso y, según el fallo de la Audiencia, «con el ánimo de acabar con la vida» del intruso. Posteriormente, efectuó un segundo disparo que impactó en la parte posterior del tórax del intruso. Ambos disparos resultaron en heridas mortales, acabando con la vida del hombre, que tenía múltiples antecedentes judiciales por robos.
El veredicto de culpabilidad fue establecido por un jurado popular el sábado 13 de abril. Sin embargo, la sentencia recoge la eximente incompleta de alteración psíquica y la atenuante simple de confesión. Estos factores atenuantes llevaron a la Fiscalía, que inicialmente pedía doce años de prisión para el octogenario, a rebajar su petición a seis años tras escuchar el veredicto del jurado.
Además de la pena de prisión, J.M.L.E. fue condenado a indemnizar a M.R.C.G. y a D.R.M., quienes son los progenitores de la víctima, con una suma de 48.000 euros a cada uno en concepto de responsabilidad social. Además, R.A., D y D.S.R.C., hermanos de la víctima, recibirán 19.000 euros cada uno como indemnización.
Este caso de homicidio con dolo destaca por su naturaleza y las circunstancias que lo rodean. El hecho de que J.M.L.E., un librero de profesión, recurriera a la violencia con el fin de proteger su propiedad de un intruso, y la consiguiente condena que recibió, plantea preguntas sobre los límites de la defensa propia y la proporción de la respuesta ante una amenaza.
El resultado de este caso deja en claro que la ley no permite el uso de fuerza letal en respuesta a la sustracción de bienes. El valor de una vida humana, incluso la de un individuo con antecedentes judiciales, se considera superior al valor de los bienes materiales robados.
La sentencia también ilustra la importancia de las circunstancias atenuantes en la determinación de las penas. En este caso, la alteración psíquica y la confesión del acusado llevaron a una reducción significativa de la pena que inicialmente se pedía.
Independientemente de las circunstancias, este caso sirve como un recordatorio de que el homicidio, incluso en defensa de la propiedad, es un delito grave con consecuencias significativas.