
El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha encabezado una reunión extraordinaria con los ministros de Exteriores de los 27 miembros de la Unión Europea. La reunión se organizó para analizar la creciente tensión en Oriente Próximo tras un ataque sin precedentes en el que Irán lanzó por primera vez de manera directa drones y misiles contra Israel. Borrell ha advertido de que la región está al borde de un precipicio profundo, y que es necesario movilizarse para evitar que la escalada de tensiones conduzca a una guerra total.
En palabras de Borrell, «No quiero exagerar, pero en Oriente Próximo estamos al borde de un precipicio muy profundo. Tenemos que movilizarnos para que la siguiente acción no conduzca a más tensión y más respuesta y una escalada. Si se mantiene la escalada, yo ataco-tú atacas, al final tendremos una guerra total. Hay que impedir una guerra regional.»
Esta preocupante situación llevará a los ministros a reunirse de nuevo el próximo lunes en Luxemburgo, esta vez con sus colegas de Defensa. El miércoles, los jefes de Estado y de Gobierno discutirán las implicaciones de la seguridad y los próximos pasos. La posición común de los miembros de la UE es clara y contundente: existe una «fuerte unidad en la condena a Irán«, un compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel y una unidad en el objetivo de evitar la escalada y pedir contención.
Además de esto, el Servicio de Acción Exterior que dirige Borrell comenzará a trabajar de inmediato para ampliar las sanciones a Teherán. Actualmente, Irán ya está incluido en el régimen de sanciones comunitario por diversos motivos. El lunes, los ministros sancionaron a 11 iraníes y tres entidades por la brutal represión en las calles de las protestas por la muerte de Masha Amini. También impusieron sanciones contra el Estado por su ayuda militar a Rusia para su invasión de Ucrania.
Borrell ha explicado que se busca ir más allá, en dos direcciones. Por un lado, se quiere ampliar «el tipo de armas para incluir la opción de sanciones para misiles y no solo drones», aunque por ahora no hay pruebas de que Irán haya dado misiles a Rusia. Por otro lado, se quiere ampliar la dimensión regional del marco, para que el régimen de sanciones pueda aplicarse a las entregas de Irán en la región, no solo a Rusia, sino también a sus proxies en la frontera libanesa, Irak, Siria, Yemen o donde sea necesario.
En el documento de conclusiones que se aprobará el miércoles, el Consejo Europeo «condena enérgica e inequívocamente el ataque iraní a Israel y reitera su plena solidaridad con el pueblo de Israel y su compromiso con la seguridad de Israel», y exige «a Irán y sus representantes que cesen por completo sus ataques». El documento también insta a todas las partes a ejercer la máxima moderación y abstenerse de cualquier acción que pueda aumentar las tensiones en la región.
La situación en Líbano, que está experimentando los peores intercambios y bombardeos desde 2006, es particularmente delicada. Parece ser el eslabón más frágil de la cadena en este momento. Es esencial que se tomen medidas para prevenir una escalada de violencia, y que se hagan esfuerzos para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región.
Por tanto, la situación en Oriente Próximo es extremadamente delicada y requiere una acción decidida y coordinada por parte de la comunidad internacional. La Unión Europea, con Josep Borrell a la cabeza, está tomando medidas para evitar que la escalada de tensiones desemboque en una guerra total. Las sanciones, el diálogo y la diplomacia son las herramientas que se están utilizando para tratar de contener la situación y garantizar la seguridad y la paz en la región.