
La Generalitat ha marcado un nuevo hito en la historia de Cataluña, tomando medidas firmes contra la amenazante sequía que asola la región. En una acción sin precedentes, ha decidido limitar el consumo de agua por parte de los turistas. El gobierno catalán, liderado por Pere Aragonès, aprobó un decreto que modifica el Plan especial de sequía, imponiendo nuevas restricciones y sanciones por incumplimiento.
Tras semanas de deliberaciones, el gobierno catalán ha establecido por primera vez límites de consumo por plaza para los establecimientos de alojamiento turístico. Estos límites estarán en línea con los ya estipulados para los residentes permanentes de cada localidad. Si un municipio incumple las dotaciones máximas durante tres meses consecutivos, se verá obligado a aplicar estas restricciones al turismo.
En un esfuerzo por mantener un equilibrio entre la conservación del agua y la necesidad de refrescarse durante los calurosos meses de verano, el gobierno catalán permitirá que las piscinas públicas y privadas se llenen si cumplen la función de refugios climáticos. Esto significa que deben estar abiertas a todos los ciudadanos, de acuerdo con la portavoz del gobierno, Patricia Plaja. Las piscinas privadas que se beneficiarán de esta excepción son principalmente las que se encuentran en establecimientos turísticos o las comunitarias.
Los ayuntamientos tendrán la potestad de designar las piscinas de sus municipios como refugios climáticos en sus planes de emergencia por sequía, si consideran que es «necesario o imprescindible para reducir los efectos de las altas temperaturas».
Las piscinas censadas podrán rellenarse si se cumplen medidas compensatorias de ahorro. Aquellas que no funcionen como refugio climático no podrán volver a llenarse, tal y como establece el Plan de sequía en la actual fase de emergencia, que ha estado afectando a la mayoría de la población catalana durante más de dos meses.
El régimen sancionador ha sido modificado para que las multas por infracciones se apliquen trimestralmente en lugar de mensualmente, como era la norma hasta ahora. Esta decisión se tomó para permitir una «valoración más dilatada en el tiempo».
Además, el gobierno catalán ha aprobado un régimen especial para regular «las aportaciones de recurso hídrico que hagan al sistema las desalinizadoras portátiles de titularidad privada«. Este es el caso de la desalinizadora propuesta por un grupo de hoteleros de Lloret de Mar en Girona.
Estas medidas marcan un nuevo enfoque en el manejo de la sequía en Cataluña, ya que la Generalitat toma medidas decisivas para preservar el preciado recurso del agua. Con las restricciones al turismo y las modificaciones al régimen sancionador, el gobierno catalán está demostrando su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad, así como su voluntad de tomar decisiones difíciles para proteger sus recursos naturales.