
El reciente encuentro de la Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en Caracas, marcó un hito al reunir a tres notables líderes de la política latinoamericana. En un escenario diplomático que no se había visto en siete meses desde la última reunión en La Habana, el venezolano Nicolás Maduro, el nicaragüense Daniel Ortega y el cubano Miguel Díaz-Canel, trazaron una línea en la arena en contra del fascismo y del neofascismo, en medio de lo que perciben como una crisis de hegemonía imperial de Estados Unidos y Occidente.
Durante la reunión, Nicolás Maduro, acuñado como el «presidente pueblo», hizo referencia a la crisis en Argentina y al presidente Javier Milei como un reflejo del «nuevo colonialismo». En su discurso, Maduro criticó al presidente Milei y a su gobierno, acusándolos de ser el «viejo monstruo expoliador, saqueador y esclavizador de los pueblos». Maduro evocó las protestas recientes en Argentina, donde un millón de personas se lanzaron a las calles para protestar en contra de lo que ven como el avance del fascismo, la venta del país, la obstrucción de la educación pública y la destrucción de los derechos sociales.
El líder nicaragüense, Daniel Ortega, quien ha estado en el centro de la crítica internacional por su manejo represivo de la disidencia en su país, también hizo eco de los sentimientos de Maduro. Ortega predijo que el pueblo argentino, el país que vio nacer a Che Guevara, se liberará del gobierno «nazifascista». Ortega ha estado en el poder durante seis años e intenta convertir a Nicaragua en la Corea del Norte de Centroamérica.
Mientras tanto, el líder cubano Díaz-Canel felicitó a Maduro por el desarrollo del proceso electoral, a pesar de los intentos de algunos sectores de recurrir a la violencia. Maduro, a su vez, prometió dar una «paliza» a la derecha fascista en las próximas elecciones del 28 de julio.
Además de estos tres líderes, también estuvo presente el boliviano Luis Arce. Los presidentes presentes en la cumbre de ALBA elogiaron el sistema creado por Hugo Chávez y Fidel Castro. Declararon su intención de resucitar el viejo esquema de PetroCaribe, una alianza forzada por Chávez a cambio de petróleo casi gratuito para sus socios del Caribe y Centroamérica.
En su discurso de clausura, Maduro alabó a la ALBA por su lucha contra las amenazas de bloqueo, agresión, agresiones políticas, diplomáticas y cualquier forma de guerra económica que se aplique a sus países. En palabras de Maduro, la ALBA está «luchando contra el fascismo» y es una «bandera» para los pueblos de América Latina.
Para concluir, la Cumbre de ALBA reunió a los líderes de la región para discutir y abordar los desafíos comunes. En medio de una crisis de hegemonía imperial percibida, estos líderes están buscando forjar alianzas y formular estrategias para resistir y proteger a sus naciones de lo que ven como amenazas externas. A medida que se acercan las elecciones en Venezuela, y con la crisis en Argentina como telón de fondo, estas conversaciones y alianzas seguramente tendrán un impacto significativo en el futuro político de América Latina.