
Teresa, una mujer de edad avanzada, se encuentra recorriendo su historia personal a través de fotografías antiguas. Es un viaje emocional, repleto de recuerdos y nostalgia. Al mirar una foto en particular, una en blanco y negro con el tono sepia de un papel gastado, suelta una pequeña lágrima. No porque la imagen sea triste, sino porque le cuesta reconocer a la niña sonriente que está capturada en ella. La niña es ella misma, pero parece que pertenece a otro mundo, otro tiempo. Un tiempo que para Teresa y muchos otros, se siente más como una historia de ciencia ficción que como una realidad vivida.
«¿De cuándo será esto?«, reflexiona Teresa, mirando la foto. A pesar de los muchos años que han pasado, no puede determinar cuándo se tomó la imagen. El tiempo, en su vejez, a menudo parece distorsionado y abstracto. Como si estuviera atrapada en un bucle de ciencia ficción, donde los recuerdos y el presente se entrelazan y los años se mezclan. Pero la foto está ahí, tangible y real, un recordatorio de su pasado y de la niña que solía ser.
El tiempo es una entidad curiosa. Para algunos, pasa demasiado rápido, para otros, demasiado lento. Pero para personas como Teresa, el tiempo ya se ha convertido en ciencia ficción. Un misterio inexplicable que puede ser visto y disfrutado, pero que también puede ser confuso y desorientador. Un concepto que puede ser difícil de entender cuando uno ha vivido durante tanto tiempo que los años comienzan a fundirse entre sí.
Las fotografías son una herramienta poderosa para ayudar a las personas a recordar y a reconciliarse con su pasado. Son un recordatorio físico de los momentos, los lugares y las personas que han sido importantes en nuestras vidas. Para Teresa, estas fotografías son un recordatorio de la niña que solía ser y de la mujer en la que se ha convertido.
Las lágrimas que derrama al mirar la foto no son de tristeza, sino de reconocimiento y aceptación. Aceptación de que el tiempo ha pasado y de que ha cambiado. Aceptación de que la niña en la foto es ella, pero también es una versión anterior de sí misma. Aceptación de que, aunque el tiempo pueda parecer un concepto de ciencia ficción, es real y afecta a todos.
Teresa es solo una de las muchas personas que lucha para entender el paso del tiempo. Para ella, y para muchas otras personas mayores, el tiempo a menudo puede parecer un enigma. Pero a través de sus lágrimas y su confusión, Teresa encuentra consuelo en sus recuerdos y en las fotografías que los capturan.
En un mundo donde todo cambia tan rápido, las fotos sirven como un ancla para personas como Teresa. Le recuerdan quién es y de dónde viene. Y aunque pueda tener dificultades para reconocer a la niña en la foto, sabe que esa niña es una parte integral de la mujer que es hoy.
El tiempo puede parecer un concepto de ciencia ficción, pero es una realidad con la que todos debemos lidiar. Puede ser confuso y abrumador, pero también es un recordatorio de nuestro viaje personal y de cómo hemos cambiado y crecido. Para Teresa, aunque el tiempo puede ser un misterio, también es un recordatorio de su vida y de la niña que solía ser. A través de sus recuerdos y sus fotografías, Teresa encuentra consuelo y aceptación, y aunque el tiempo puede ser confuso, también es un recordatorio de su viaje a través de la vida.