
Teresa Rodríguez, un año después de su muy comentada retirada de la primera línea política tras escindirse de Podemos, se encuentra actualmente dando lecciones de lengua y literatura en un instituto gaditano. Esta decisión de cambio en su vida, lejos de la política, ha sido reconocida por ella misma como «lo mejor que he hecho en 10 años». En una reciente entrevista, Teresa se mostró reticente a entrar en polémicas o ajustes de cuentas, afirmando con contundencia: «Pablo nunca fue amigo mío».
Es indudable que la carrera política de Teresa Rodríguez ha sido de lo más movida. Tras su paso por el Parlamento Europeo y su posterior liderazgo del partido Podemos en Andalucía, su separación de la formación morada en 2020 marcó un punto de inflexión en su carrera. El conflicto interno y las tensiones con la dirección del partido culminaron con su desvinculación y el inicio de una nueva etapa fuera de la política.
Teresa Rodríguez demostró siempre un fuerte compromiso con la educación. En sus años en el Parlamento Europeo y durante su liderazgo en Podemos Andalucía, la educación siempre estuvo entre sus prioridades. Ahora, ha decidido volver a sus raíces como docente, en un instituto de su tierra natal, Cádiz.
«Dejar la política es lo mejor que he hecho en 10 años», afirma Rodríguez. Esta contundente afirmación no sólo evidencia su satisfacción con su actual ocupación como docente, sino que también refleja el desgaste que había sufrido en su carrera política. La ex líder de Podemos Andalucía no oculta su alivio por haber dejado atrás la vida política y haber vuelto a la docencia, su pasión original.
No tiene «ganas de ajustar cuentas», señala Rodríguez. A pesar de los conflictos y desencuentros que marcaron su salida de Podemos, Teresa prefiere no entrar en polémicas ni buscar venganza. «Pablo nunca fue amigo mío», sentencia, en referencia a su relación con Pablo Iglesias, ex líder de Podemos. Esta declaración refuerza la idea de que su retirada de la política no respondió a una cuestión personal, sino a desacuerdos políticos y diferencias de gestión.
El instituto gaditano en el que Rodríguez imparte clases se ha convertido en su nuevo campo de batalla. Allí, la ex líder de Podemos se dedica a enseñar lengua y literatura, disciplinas que siempre le han apasionado y que ahora le ofrecen una gratificante vía de escape tras su ajetreada carrera política.
La retirada de Teresa Rodríguez de la primera línea política y su regreso a la docencia es un claro ejemplo de cómo la política puede desgastar a sus protagonistas. La tensión, los conflictos internos y las presiones pueden hacer mella en aquellos que se dedican a la vida pública, y en el caso de Rodríguez, la solución fue volver a sus orígenes, a la enseñanza.
Podemos, el partido del que se escindió Rodríguez, ha sufrido en los últimos años importantes cambios y tensiones internas. La salida de Rodríguez no fue un hecho aislado, sino parte de una serie de desencuentros y divisiones que han marcado la evolución del partido.
Pablo Iglesias, ex líder de Podemos y figura central en la vida política de Rodríguez, también decidió recientemente abandonar la política. Aunque la relación entre ambos fue complicada y estuvo marcada por desencuentros, ambos comparten ahora la decisión de haber dejado atrás la vida política.
En definitiva, la historia de Teresa Rodríguez es una muestra de cómo la política puede llegar a desgastar a sus protagonistas hasta el punto de llevarles a buscar nuevas vías de realización personal y profesional. En su caso, ha sido la vuelta a la docencia, su pasión original, lo que le ha permitido encontrar de nuevo el equilibrio y la satisfacción en su día a día.