
El estadio del Nuevo Mirandilla fue testigo de la brillante actuación de Joao Félix, cuyo gol permitió al Barcelona sumar tres puntos valiosos en un partido que tenía todas las trampas para descuidos costosos. La victoria llega en un momento crucial, con el clásico contra el Real Madrid en el Bernabéu a la vuelta de la esquina y a las puertas del trascendental encuentro ante el PSG el martes, que podría volver a introducir a los azulgrana en las semifinales de la competición europea por excelencia, cinco años después.
El once inicial del Barcelona no dejó lugar a dudas. Xavi solo incluyó a tres jugadores que actualmente se considerarían parte del equipo titular azulgrana: Ter Stegen, Cubars y Christensen. Con el danés reubicado de nuevo, en este caso, en el centro de la zaga. Vitor Roque, como Xavi había insinuado en la rueda de prensa del viernes, también estuvo desde el inicio, acompañado por dos futbolistas que han perdido protagonismo últimamente, Ferran Torres y Joao Félix, en labores ofensivas.
Fue el portugués, precisamente, quien finalmente abrió el marcador al final del primer tiempo con un espectacular remate de chilena que tomó por sorpresa a todos y que a su vez, hizo justicia a los méritos acumulados por los visitantes durante la primera mitad. Este gol, el séptimo en la Liga para el portugués esta temporada, permitió al Barcelona irse al descanso con la ventaja, después de un primer tiempo en el que tuvieron más posesión que el Cádiz, pero les costó crear ocasiones claras.
En defensa, Héctor Font y Marcos Alonso acompañaron a Cubars y Christensen en las alas, donde el Barcelona no sufrió demasiado. En las pocas ocasiones en las que los delanteros locales lograron encontrar un hueco para amenazar seriamente a su rival, se encontraron siempre con la seguridad de Ter Stegen bajo los palos.
Tras el descanso, el equipo de Pellegrino saltó al terreno de juego con mucha intensidad, impulsado por la necesidad de marcar al menos un gol para empatar. Sin embargo, un gol de Juanmi fue finalmente anulado por un claro fuera de juego. Para calmar la efervescencia, Xavi movió el banquillo, realizando un triple cambio e introduciendo en el juego a Kound, Pedri y Lamine Yamal.
Estos cambios resultaron eficaces para controlar un poco más a los locales y para recuperar el protagonismo en las labores ofensivas. Sin embargo, la mejor ocasión sería un disparo desde fuera del área de Samasskou que obligó a Ter Stegen a realizar una gran parada para mantener su portería imbatida.
La incertidumbre del 0-1 llevó al Cádiz a presionar en las inmediaciones del área rival, con un Barcelona que supo resistir perfectamente sus embestidas para llevarse tres puntos muy trabajados. Todo esto, apenas una semana antes del clásico en el Bernabéu y con la vuelta de los cuartos de final de la Champions League ante el PSG acaparando todas las miradas. Sin duda, un momento crucial para el Barcelona, que se mantiene firme en su camino hacia la gloria.