
El documental Joan Baez I Am a Noise dirigido por Karen O’Connor, Miri Navasky y Maeve O’Boyle, ofrece una mirada íntima y reveladora a la vida de la legendaria cantante y activista Joan Baez (Nueva York, 1941). En esta obra, Baez se presenta como un ruido, un eco constante que, al igual que las esferas concebidas por Pitágoras, se ha vuelto tan omnipresente que ya forma parte de nosotros.
La película, que se estrena tras su paso por la Berlinale del año pasado, es un viaje al fondo de la cantante, mostrando sus inseguridades, miedos y el abuso sexual que sufrió de niña por parte de su padre, un trauma que ahora ella ha logrado perdonar.
En una extensa entrevista realizada durante la presentación de la película, Baez habla sobre su vida, su activismo, su visión del mundo actual y su relación con la fama. A sus 80 años, la cantante no tiene miedo de ser honesta y mostrar su verdadero yo, sin maquillajes.
Cuando se le pregunta sobre su pasado, Baez admite que no es una persona nostálgica y que no pasa mucho tiempo mirando atrás. En cambio, su enfoque está en el aquí y ahora, en vivir el presente y no agotarse con recriminaciones. Tampoco mira al futuro, lo que deja claro que su enfoque está en el presente.
Baez habla con franqueza sobre la situación actual en Gaza, calificándola de abominable y señalando al gobierno de Israel como el culpable de la masacre de los palestinos. Según ella, su postura no es a favor ni en contra de nadie, simplemente se opone al asesinato de niños.
La cantante también se muestra preocupada por el auge del fascismo y la posibilidad de que Estados Unidos sea presidido por un dictador en un futuro cercano. A pesar de su lucha a lo largo de los años por los derechos civiles y contra la guerra, nunca imaginó que el mundo llegaría a la situación actual.
El perdón es un tema que tiene un lugar destacado en la película y en la vida de Baez. Ella cree firmemente en la importancia del perdón, incluso en las situaciones más difíciles. Según ella, sin el perdón no tendríamos ninguna oportunidad. Y para Baez, el perdón es esencial, incluso cuando tuvo que perdonar a su padre por el abuso que sufrió.
En su relación con la fama, Baez se muestra complacida. Aunque a veces se enfada, en general se siente agradecida cuando la gente se le acerca para expresar su admiración por su trabajo y su voz. Como ella misma dice, no es una santa, pero si su imagen ha ayudado de alguna manera a la gente o les ha acercado a la no violencia, se da por contenta.
El documental Joan Baez I Am a Noise ofrece una mirada íntima y reveladora a la vida de una de las voces más importantes de su generación. A través de sus palabras y su música, Baez continúa resonando en la conciencia de su público, siendo un ruido constante que evoca un profundo mensaje de amor, perdón y activismo.