
El martes 16 de abril de 2024, la antigua Bolsa de Copenhague, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, fue arrasada por un devastador incendio. El edificio, que ha estado en obras desde 2022, estaba siendo restaurado por una empresa local, cuyos diez trabajadores estaban presentes en el edificio cuando se declaró el incendio. Afortunadamente, todos lograron salir ilesos.
Jakob Vedsted Andersen, director de los servicios de emergencia, informó a los medios de comunicación que el incendio estaba «bajo control» y que los equipos de emergencia estaban trabajando en las labores posteriores a la extinción del incendio. El fuego, cuyas causas aún se desconocen, comenzó alrededor de las 7.30 hora local (5.30 GMT) y se extendió rápidamente, afectando a la mitad del edificio.
La estructura del edificio sufrió un daño significativo, con las llamas consumiendo las estructuras de soporte interiores y desestabilizando los muros. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, la emblemática aguja de 54 metros de altura de la torre se derrumbó entre las llamas. «Seguimos luchando contra las llamas. Han surgido nuevas complicaciones. Al quemarse las estructuras de soporte interiores, los muros se han desestabilizado. En eso es en lo que nos estamos centrando ahora», dijo Andersen.
Construido entre 1619 y 1623 por orden del rey Christian IV, la Bolsa de Copenhague ha sido un hito histórico en la capital danesa. Sirvió como bolsa hasta 1974 y actualmente alberga la Cámara de Comercio. Los trabajos de restauración en la fachada y el techo del edificio estaban planeados para finalizar en 2029.
El incendio comenzó debajo de la techumbre de cobre, un área de difícil acceso que permitió a las llamas ganar en intensidad y propagarse por el resto del edificio. Algunos expertos citados en los medios locales sugieren que las labores de restauración podrían haber incrementado el riesgo de incendio, aunque la causa exacta aún no ha sido determinada.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, describió el incendio como «horrible» y lamentó la pérdida de «un pedazo de la historia de Dinamarca». El ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen, comparó el incidente con el incendio de la catedral de Notre Dame en 2019, refiriéndose a él como «nuestro momento Notre Dame».
El edificio de la antigua Bolsa de Copenhague es famoso por su aguja adornada con cuatro colas de dragón entrelazadas, rematadas por tres coronas, un símbolo del imperio escandinavo integrado por Dinamarca, Noruega y Suecia. Según las leyendas locales, el dragón protegía al edificio contra ataques enemigos e incendios.
La proximidad del incendio al castillo de Christiansborg, sede del Parlamento, llevó a la evacuación de varias alas del edificio por precaución. A pesar de las frecuentes amenazas de incendio en la zona, la Bolsa de Copenhague ha logrado salir indemne en varias ocasiones, incluso cuando se produjeron incendios en edificios vecinos.
El rey Federico X expresó su tristeza por el incidente en un comunicado, agradeciendo al personal de emergencia y a la policía por su trabajo para evitar que hubiera heridos. «Esta mañana nos levantamos con una triste imagen, cuando el humo sobre los techos de Copenhague reflejaba el incendio destructor en la Bolsa», dijo.
El edificio, que no está abierto al público, se utiliza para cenas de gala, conferencias, fiestas y otros eventos. A medida que los equipos de emergencia continúan lidiando con las secuelas del incendio, los daneses y el mundo entero lamentan la pérdida de este valioso trozo de historia.