
En las horas crepusculares de un viernes en abril, la Real Casa de Correos de Madrid comenzó a deshacerse de su fachada rosa mientras una multitud de jóvenes esperaba ansiosamente para entrar. No eran simples turistas, sino seguidores del cantautor gallego, Íñigo Quintero, que han venido a escuchar su nuevo EP, «Es solo música«. Entre ellos estaba Claudia, una joven de 20 años que expresó su entusiasmo por Quintero diciendo que «tiene alguna canción que está muy guay».
La sala se adornó con una pancarta que mostraba el nombre del artista en letras grandes. Sin embargo, Quintero posó solo, sin ningún aire de grandeza. A lo largo de la tarde, no perdió ni un ápice de su ilusión. Ha encontrado su voz; eso es evidente. Pero aún está explorando la dirección que quiere darle a su carrera. Al respecto, Quintero comentó: «La estrategia es ser natural, siempre he intentado ser yo mismo.»
A medida que se acercaba las nueve de la noche, el vestíbulo del edificio se llenó de emoción. La anticipación y la curiosidad por conocer las nuevas canciones de Quintero llenaban el aire. También se vieron caras famosas de TikTok, como Juan Vidal Aragón y Mafalda Cardenal, entre la multitud.
La familia de Quintero, incluyendo a sus padres y hermana, viajaron hasta Madrid para verle actuar. Confesaron que el montaje del evento les había impactado. Pero la ternura con la que hablaron y la emoción que se desprendía de sus rostros durante toda la noche fue un testimonio de un orgullo que inunda, emociona y se contagia.
Cuando el reloj marcó las nueve y veinte, la multitud se volcó hacia el espacio debajo del escenario. El temblor de la primera nota hizo vibrar el suelo y los asistentes se miraron entre sí, sus rostros reflejando la emoción.
La actuación fue recibida con una sorprendente quietud del público. No hubo bailes ni saltos; y dependiendo de la canción, los aplausos rebotaban en el techo acristalado del edificio, al igual que las letras de las canciones que Quintero cantaba. El título del EP, «Es solo música», explicó Quintero, es una frase que un amigo suyo ha repetido a lo largo del año.
La canción «Si no estás» fue coreada de manera discreta. Las primeras cuatro canciones del EP se escucharon con gran atención, como si el público y el cantante sintiesen al unísono lo que se cantaba. Parecía como si todo lo que le ha dolido a Íñigo Quintero le hubiera dolido también a todos los demás. Alfonso, su compañero de piso, dijo que no notó a Quintero nervioso antes del evento. «Siempre suena igual de bien», añadió.
Durante el concierto, Quintero creció en confianza e hizo suyo el escenario. Con la canción «Lo que queda de mí«, dejó de ser un chico que se hizo viral y pareció, por unos momentos, un intérprete familiarizado con el escenario, seguro de sí mismo. El público le devolvió esa confianza y disfrute con aplausos que duraron varios minutos, vítores y ovaciones.
Finalmente, con una sonrisa, Íñigo Quintero agarró el micrófono como el que agarra un futuro que no quiere que se le escape: «Esto es todo, muchas gracias». Después de todo, es solo música, pero en esa música, parece haber mucho más. Un futuro prometedor, una conexión con el público, y una voz que, aunque todavía está explorando su camino, está decidida a ser escuchada.