
El martes por la noche, en la capital de Kenia, Nairobi, las lluvias torrenciales causaron graves inundaciones que han resultado en al menos 13 muertes y han afectado a unas 60.000 personas, muchas de las cuales son mujeres y niños, informó el gobernador de la ciudad, Johnson Sakaja.
Estas inundaciones repentinas y devastadoras han golpeado con dureza a la ciudad de cinco millones de habitantes. Sakaja destacó en una declaración a la prensa que «desafortunadamente, hemos perdido cuatro vidas y se está buscando a otras seis personas que han sido reportadas como desaparecidas». También se mencionó que varios puentes fueron arrasados por las aguas.
Las autoridades activaron un plan para «evacuar a 3.000 personas a algunos centros de acogida», precisó Sakaja. El gobernador también afirmó que, aunque la ciudad está al borde de una crisis humanitaria, se está llevando a cabo una operación de respuesta coordinada a gran escala bajo su liderazgo.
Durante la jornada, el gobernador visitó algunos de los barrios más afectados, algunos de los cuales han sido atravesados por ríos que se han desbordado. Sakaja afirmó que «muchas de las personas más vulnerables dentro de las comunidades con las que hablamos han recibido asistencia alimentaria vital».
Entre las zonas más afectadas se encuentran los suburbios de Kibera y Mathare, donde vive al menos un millón de personas en asentamientos informales. El gobernador ordenó que todos los habitantes a lo largo de los lechos de los ríos «deben reubicarse con efecto inmediato», e instó a la ciudadanía a «permanecer alerta y tomar las precauciones necesarias para salvaguardarse a sí mismos y a sus bienes».
El fuerte aguacero del martes por la noche derribó dos de los árboles más antiguos del centro de la ciudad y paralizó las operaciones de transporte. Las principales carreteras de la capital estaban inundadas por el agua, lo que provocó largas colas de tráfico en hora punta.
Como medida de precaución, la compañía ferroviaria Kenya Railways anunció la suspensión temporal de todos los servicios de trenes de cercanías tras las fuertes lluvias.
La Cruz Roja de Kenia informó que sus equipos de emergencia se desplegaron en las zonas inundadas, donde rescataron a más de cien personas. «Nuestros equipos de respuesta están sobre el terreno en la mayoría de estas áreas, evacuando a las familias a un lugar seguro y brindando otras intervenciones para salvar vidas», dijo la Cruz Roja.
Desde el inicio de la temporada de lluvias largas en Kenia a finales del pasado marzo, que se prevé que dure hasta mayo, al menos 32 personas han muerto y más de 103.000 -incluidos unos 40.200 desplazados– se han visto afectadas, informó la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Estos incidentes ocurren tras las inundaciones repentinas que causaron más de 170 muertos a finales del pasado año, provocadas por el fenómeno meteorológico El Niño. Este fenómeno es un cambio en las dinámicas atmosféricas ocasionado por el aumento en la temperatura del océano Pacífico.
Estas inundaciones llegan después de la peor sequía registrada en el Cuerno de África en las últimas cuatro décadas. Esta falta de agua dejó a la vecina Somalia al borde de la hambruna y con 6,6 millones de personas en inseguridad alimentaria aguda, según la ONU.