
Garbiñe Muguruza, la ex número 1 del mundo, dos veces ganadora del torneo de Grand Slam y finalista del Abierto de Australia y Wimbledon, ha dejado caer el telón en su carrera profesional sin ningún trauma. Se puede ver en su sonrisa y su semblante relajado que esta decisión no ha sido una decepción para ella. Esta es una afirmación que hace durante una entrevista en el Palacio de Cibeles, donde se está llevando a cabo la vigésima quinta edición de los Premios Laureus.
Muguruza comparte que ha experimentado una mezcla de emociones, buenas y malas, desde que anunció su retiro. Pero, en general, lo ve como una celebración de una carrera impresionante y el fin de una etapa de su vida que le ha dado mucho. Cuando se le pregunta qué va a extrañar del tenis, menciona la emoción de celebrar un punto ganado o un ace y la satisfacción que se siente al realizar bien. Además, admite que echará de menos a su equipo, a pesar de que el tenis es un deporte individual.
La decisión de retirarse no fue apresurada. Después de un año de descanso, Muguruza notó que se sentía bien y no tenía el impulso de volver a la pista con la misma determinación. En su corazón, sabía que ya no pensaba tanto en el tenis y que, a su nivel, si no estás completamente comprometida, estás fuera.
Cuando se le pregunta si el tenis es malo para la salud mental, responde que sí, a un alto nivel. El sacrificio y la exigencia de ser la número 1 en un deporte pueden llevar al límite las capacidades de una persona.
Después de años de seguir la misma rutina y esforzarse físicamente, Muguruza está lista para recuperar el tiempo perdido. Aunque ganó mucho con su carrera, también se perdió de cosas básicas, como pasar tiempo con sus seres queridos. Admite que su cuerpo no era el mismo, ya que luchó con problemas de tobillo y encontró que la recuperación se volvía cada vez más difícil.
A pesar de tener una personalidad solitaria en el circuito de tenis, reconoce que es difícil hacer amigas en un deporte individual. Aun así, admite que hay momentos que lamenta, como las finales del Grand Slam que no pudo ganar. Considera su derrota en la final de Australia en 2020 como el momento más duro de su carrera.
Muguruza admite que hay un cierto vértigo en abandonar una vida teledirigida como la de los tenistas. Sin embargo, está deseosa de disfrutar de la vida, asumiendo que, como le dijeron Chris Evert y Martina Navratilova, ahora todos los días serán vacaciones para ella.
A pesar de ser una figura prominente en el tenis, no tiene planes inmediatos de convertirse en entrenadora. Ve la tarea como igualmente exigente que ser jugadora, pero con la responsabilidad adicional de cuidar a otra persona.
Cuando se le pregunta cómo le gustaría ser recordada, Garbiñe Muguruza espera ser recordada como una persona y una tenista muy cercana, con mucha determinación en lo que se propone y valiente. Sin duda, sus logros y su valentía en la pista permanecerán en la memoria de los fanáticos del tenis mucho después de su retiro.