El presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, junto a sus catorce barones territoriales, marcó un hito este domingo en Córdoba al presentar un nuevo gobierno que, según él, gobierna el destino del 70% de los españoles. Este movimiento se produce en respuesta a lo que consideran una inacción por parte del ejecutivo liderado por Pedro Sánchez. Según Feijóo, en sus más de cien días en el cargo, Sánchez no ha promovido ninguna ley más allá de la de la amnistía y no ha revelado ninguna cuenta aparte de las relacionadas con el escándalo de las mascarillas que afecta al exministro y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.
El escenario de la Declaración de Córdoba, firmada por los presidentes autonómicos del PP, se convirtió en una plataforma para promover políticas y pactos nacionales en áreas como la sanidad, la educación y el libre mercado. El objetivo declarado de estas políticas es garantizar la igualdad de todos los españoles, en contraposición a los «privilegios» que, según los líderes del PP, los independentistas obtienen de Sánchez a través de «chantajes».
Feijóo está convencido de que el gobierno de Sánchez tiene los días contados. Enfatizó que Sánchez es el primer presidente que no tiene la capacidad de decidir la duración de su mandato y predijo que «caerá» debido a las mentiras y la corrupción.
El encuentro en Córdoba reunió a varios líderes regionales del PP, entre ellos los presidentes de Andalucía, Madrid, Castilla y León, Galicia, Cantabria, La Rioja, Valencia, Aragón, Extremadura, Baleares, Murcia y Melilla, además del consejero de Presidencia de Ceuta y el vicepresidente de Canarias. El resultado del encuentro fue un manifiesto y, lo más importante, una estrategia común para demostrar a los españoles que hay una alternativa a la «corrupción política y económica» que, según Feijóo, representa actualmente el PSOE y el gobierno de Sánchez.
La reunión se produjo en la misma semana en que se ratificó el acuerdo entre los socialistas y los separatistas catalanes de Junts y ERC para aprobar la ley de amnistía. A su vez, el PP criticó la parálisis del ejecutivo de coalición frente a la iniciativa de sus gobiernos autonómicos, contrastando las sospechas de corrupción del primero con la «ejemplaridad y dignidad» de sus presidentes regionales.
Feijóo describió a Sánchez como un presidente del gobierno que ha abdicado de sus responsabilidades y se ha convertido en un «delegado del independentismo». Criticó a Sánchez por «construir un muro y cavar una trinchera contra la sociedad que le votó como segunda fuerza».
Utilizando la amnistía y la corrupción del caso Koldo como argumentos, Feijóo atacó a un Sánchez cuyo único propósito, según él, ha sido satisfacer a sus socios. Afirmó estar «orgulloso» del Partido Popular y de los gobiernos autonómicos que lidera, y aseguró que no permitirán que Pedro Sánchez «arrastre al país, como está haciendo con su partido».
Según Feijóo, si España tiene un gobierno, es gracias a las comunidades autónomas gobernadas por el PP. «España sería un país sin gobierno si dependiese del Gobierno central. Afortunadamente, estamos en un estado de autonomías donde el PP ejerce la mayoría de los gobiernos», afirmó.
«Ninguno de los que estamos aquí vamos a ceder ante la falacia separatista«, aseguró Feijóo, haciendo una firme defensa de las autonomías y afirmando que las particularidades de cada una y su gestión «no están reñidas con un proyecto y un progreso comunes».