
El Partido Popular (PP) vasco se muestra confiado de que, si se cumplen las expectativas demoscópicas, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ganará las elecciones en número de votos y buscará gobernar en solitario. Esta convicción ha sido expresada por Javier de Andrés y es compartida en la sede central del PP en Génova. Contrario a lo que algunos podrían sospechar, no creen que el PNV necesite al Partido Socialista de Euskadi (PSE) para gobernar; de hecho, no esperan que se reedite la coalición existente. Esta situación no afectaría a las alianzas nacionales, tal como no ha ocurrido con la negativa de Bildu a llamar «banda terrorista» a ETA.
El sistema electoral vasco permite al partido más votado gobernar en la cámara, incluso si no logra la mayoría absoluta. Esto daría al PNV la oportunidad de manejar una legislatura de mayorías flotantes, pactando en su mayoría con el PSE-EE, pero sin cerrarse a acuerdos con Bildu en temas de autogobierno o incluso con el PP. Si el PNV busca recuperar la hegemonía, su mejor opción es convertirse en un partido «atrapalotodo» sin limitaciones aritméticas o ideológicas.
El PP ha llevado a cabo una campaña más enfocada en cálculos, medidas y precisión que en emoción, exaltación y épica. Su estrategia electoral les abre la posibilidad de ser la llave de gobernabilidad en el País Vasco en muchos aspectos, sobre todo en lo económico. La clave para el PP es ser decisivos, tal y como resumió Alberto Núñez Feijóo en el acto de cierre de la campaña, celebrado en el Polideportivo Sansomendi de Vitoria. Para lograr ser decisivos, el PP vasco necesita que se manifieste el voto oculto y que se produzca un voto dual en el centro y el centroderecha.
En este sentido, Feijóo y De Andrés se han centrado en las últimas 48 horas de campaña en tratar de atraer a los votantes más moderados del PNV y del PSE. La apuesta es arriesgada, ya que los expertos demoscópicos anticipan un efecto contrario: una mayor concentración del voto útil en el PNV por temor a Bildu.
El desafío de Feijóo para las elecciones vascas es doble: crecer en votos y escaños, y ser una de las llaves de la aritmética parlamentaria vasca. Para lograr este objetivo, necesitará apuntalar su cuarto diputado por Álava, que se disputa con Vox según los últimos seguimientos.
En su discurso más emocional de la campaña, Feijóo reivindicó a los populares vascos como el principal reservorio de ética y ejemplaridad del centroderecha. Este partido es sinónimo de libertad y ha pagado el peaje más alto, el de los asesinatos de ETA, dijo Feijóo. Pero nunca pagaremos el peaje a Bildu. ¡Jamás!
Feijóo también es optimista: «Llegamos en forma y hacia arriba. Se nos ha hecho corta la campaña, y a los demás se les ha hecho eterna. A Bildu se le empiezan a saltar las costuras del disfraz de demócratas, y el PNV y el PSE están desfondados».
Por su parte, De Andrés atacó a ambos partidos: «Si descalifican a Bildu, más se descalifican a sí mismos por sus pactos».