
El Partido Popular (PP) ha estado haciendo esfuerzos para internacionalizar la cuestión de la amnistía desde principios de otoño, planteándolo en el Parlamento Europeo, la Comisión a través de varias preguntas, el Comité de las Regiones, y en casi cualquier agencia, órgano y debate. El jueves, Alberto Núñez Feijoó, presidente del partido, llevó la cuestión al Congreso del Partido Popular Europeo (PPE), donde fue recibido con aplausos por más de 1500 delegados, incluyendo primeros ministros, líderes de la oposición y las presidentas de la Comisión y la Eurocámara.
En su discurso, Feijoó destacó el creciente apoyo de los españoles hacia el PP y las instituciones europeas para detener lo que considera desaciertos del gobierno actual. Agradeció el apoyo recibido y reiteró la necesidad de mantener a raya las amenazas al Estado de Derecho y la independencia del poder judicial.
Feijoó aprovechó su intervención para criticar la decisión de amnistía y asociarla con las amenazas al Estado de Derecho, un tema de gran importancia en el continente. Recibió el apoyo inequívoco y entusiasta de Manfred Weber, líder de su partido y máximo responsable del grupo parlamentario, quien calificó al presidente español, Pedro Sánchez, de ser una marioneta de Puigdemont. Weber acusó a Sánchez de aprobar una amnistía, incluso para el terrorismo, y afirmó que debería avergonzarse.
El PP buscaba este apoyo y este mensaje. Ayer pidieron a la presidenta Ursula von der Leyen más firmeza frente a lo que está ocurriendo en España. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, pidió públicamente a todos sus correligionarios no «blanquear» al presidente español.
El PPE, en su Manifiesto para las elecciones europeas de junio, ha convertido este asunto en un pilar y un ariete. Declaran su compromiso firme para continuar siendo los principales defensores del Estado de Derecho, garantizando que el mecanismo del Estado de Derecho se aplique de manera justa y no partidista.
La delegación española añadió una resolución adicional a esta redacción, que fue aprobada por unanimidad e incorporada al texto final. En ella, se «deplora la propuesta de ley de Amnistía en España», se denuncia que la ley ha sido redactada por sus propios beneficiarios y se solicita un examen minucioso de la Ley de Amnistía por parte de la Comisión.
Von der Leyen y su equipo se han comprometido a hacerlo, pero solo una vez que haya un texto definitivo aprobado por el Congreso de los Diputados, ya que su evaluación dependerá completamente del contenido final, incluyendo las enmiendas.
Mientras tanto, el texto acordado ayer difiere mucho del acuerdo inicial que se presentó en noviembre e incluye cuestiones que en Bruselas no pensaban que se llegarían a poner por escrito, como el perdón a los delitos de terrorismo.