
Jorge Glas, el ex vicepresidente de Ecuador, fue objeto de atención mediática luego de su detención en la Embajada de México en Quito, en un evento que fue catalogado como una violenta irrupción policial. Según informes, Glas fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad. Sin embargo, la noticia que ha sacudido la esfera política ecuatoriana es el supuesto intento de suicidio del ex funcionario, un evento que habría ocurrido mediante la ingesta de una sobredosis de medicamentos.
La emisora Radio Pichincha, citando fuentes cercanas al movimiento Revolución Ciudadana, al cual Glas pertenece, informó que el político habría sido trasladado al Hospital Militar en Guayaquil, debido a la sobredosis de medicamentos. El acto sería un aparente intento de suicidio, y aunque no hay confirmación oficial por parte de ninguna autoridad ecuatoriana, la noticia ha generado un gran revuelo en el país.
El medio digital Primicias ha informado que Glas habría sido declarado en coma médico, de acuerdo con un parte policial. La causa de su estado sería la «ingesta de medicamentos ansiolíticos, antidepresivos y sedantes». Esta información, aunque alarmante, tampoco ha sido confirmada ni negada por las autoridades ecuatorianas, a pesar de las múltiples solicitudes de la prensa para obtener una versión oficial.
Se ha advertido además que el ex vicepresidente y aliado clave del expresidente Rafael Correa (2007-2017) habría sido estabilizado en la unidad médica a la que fue trasladado. Glas, quien ha ocupado un lugar prominente en la política ecuatoriana en la última década, ha sido objeto de controversia y escrutinio, lo cual le ha generado tanto seguidores como detractores.
A pesar de la gravedad de las acusaciones y la naturaleza alarmante de la situación, ninguna autoridad ecuatoriana ha emitido una declaración oficial sobre el supuesto intento de suicidio de Glas. Los múltiples pedidos de la prensa para obtener una versión oficial sobre los acontecimientos han sido en vano. Esta falta de transparencia ha dado lugar a especulaciones y a un clima de incertidumbre.
La detención de Glas en la embajada de México en Quito fue un evento que sacudió a la nación. La supuesta irrupción violenta de la policía en la embajada para aprehender a Glas fue objeto de críticas y generó cuestionamientos sobre el estado de derecho en el país. La traslación de Glas a una cárcel de máxima seguridad también fue motivo de controversia, con algunos cuestionando la necesidad y la legalidad de tal medida.
La afiliación de Glas al movimiento Revolución Ciudadana, que fue liderado por el expresidente Rafael Correa, también ha sido objeto de atención. Correa, quien gobernó Ecuador desde 2007 hasta 2017, es una figura polarizante en la política ecuatoriana. La relación entre Glas y Correa ha sido una fuente de especulación y ha generado división entre los ecuatorianos.
El presunto intento de suicidio de Glas ha añadido un nuevo nivel de complejidad y controversia a la ya turbulenta situación política en Ecuador. El supuesto consumo de una sobredosis de medicamentos en un intento de quitarse la vida ha generado conmoción y preguntas sobre el estado mental y emocional de Glas. La falta de una confirmación oficial sobre estos eventos ha contribuido a un ambiente de incertidumbre y especulación.
En resumen, la situación de Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, es un tema de gran relevancia en la política ecuatoriana. Desde su detención, hasta su traslado a una cárcel de máxima seguridad y su supuesto intento de suicidio, los eventos relacionados con Glas han generado controversia y debate. Aunque se desconoce la veracidad de las afirmaciones sobre su intento de suicidio, la gravedad de tales acusaciones no puede ser ignorada.