
Eva Bach, reconocida pedagoga, maestra, escritora y terapeuta familiar, ha sido una de las pioneras en la introducción de la educación emocional en los ámbitos académico y familiar en España. Durante la pandemia, su papel en proporcionar herramientas de gestión emocional ha sido esencial, convirtiéndola en una de las voces de referencia en los medios de comunicación.
Bach enfatiza que las emociones se sienten tanto en el cerebro como en el cuerpo, ya que están estrechamente entrelazados. Las sensaciones emocionales se experimentan muy específicamente en el estómago-intestino y el corazón, considerados como un segundo y tercer cerebro debido a la gran cantidad de neuronas que se concentran allí. De acuerdo con la neurobióloga estadounidense Candace Pert, las emociones discurren por todo nuestro cuerpo y existen moléculas y receptores emocionales en todas las células.
El reciente descubrimiento de la ciencia sobre el ‘mapa de las emociones’ ha arrojado luz sobre cómo cada emoción se ubica en una parte de nuestra anatomía. Un estudio realizado hace unos diez años por un equipo de investigadores de la Universidad de Aalto en Finlandia, elaboró la primera topografía o mapa corporal de las emociones. A 700 personas se les pidió que colorearan en qué parte de su anatomía sentían diversas emociones. Hubo coincidencias por encima del 70% en todas las emociones propuestas, lo que sugiere una ubicación biológica bastante universal para cada emoción.
Emociones como el dolor, la pena y la tristeza se sienten desde el abdomen hasta la cabeza, mientras que la ansiedad y el miedo se experimentan en todo el abdomen y la cabeza. La alegría y la felicidad se sienten en todo el cuerpo, mientras que la clera se percibe en el pecho, la cabeza y los brazos.
La sensación de ‘mariposas en el estómago’ que se asocia con el enamoramiento también tiene una explicación científica. Está relacionada con la liberación de neurotransmisores que reducen el flujo sanguíneo en esa zona, dilatan las arterias y aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Zonas como el esternón y el vientre también juegan un papel crucial en la experiencia emocional. El esternón conecta la boca del estómago y el plexo solar con el corazón, siendo una zona altamente energética y significativa. Muchas emociones ingratas conscientes o inconscientes se manifiestan en forma de bloqueos y dolores en esa zona.
Nuestra sociedad a menudo descuida lo emocional, por lo que es importante aprender a escuchar nuestras emociones. Para ello, es necesario adquirir conocimientos básicos sobre ellas, buscar orientación o ayuda en personas que actúen como guías o maestras y proporcionarnos momentos de silencio y autoindagación.
El neurobiólogo portugués Antonio Damasio denomina a nuestro cuerpo como un «marcador somático», ya que las emociones actúan como seales corporales que nos informan, orientan, alertan y protegen. Nos ayudan a tomar decisiones incluso antes de que nuestro cerebro pueda procesar racionalmente lo que nos ocurre. En definitiva, aprender a escuchar nuestras emociones es esencial para el crecimiento personal y el cuidado de nuestra salud y bienestar.