
El informe titulado «La legitimación democrática de ETA: causas, responsables y consecuencias» del Centro de Estudios, Formación, y Análisis Social (CEFAS) del CEU ha puesto bajo la lupa el ascenso de Bildu como uno de los favoritos en las próximas elecciones vascas. En su análisis, el informe señala una «legitimación fraudulenta» de Bildu sin que se le haya exigido antes renunciar a la ideología que respaldó la actividad terrorista de ETA. El informe pone el dedo en la llaga al culpar de ello a la política desarrollada por el PNV, PSOE y PP.
El informe, coordinado por Mara San Gil, directora del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo y elaborado por Carlos Urquijo, director de Proyectos de la Fundación Villacisneros; Rogelio Alonso, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos; y Fernando Lázaro, periodista de EL MUNDO, pone de manifiesto que Bildu sigue sin condenar los crímenes de la banda terrorista.
El informe hace un repaso cronológico y se enfoca en la etapa de negociación con los terroristas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Alonso señala que el gobierno de Zapatero «le regaló una salida airosa en lugar de un final por aniquilamiento». Según Alonso, no solo fue el PNV quien acudió en «auxilio» de ETA a partir de 2004, sino también el PSOE al impedir la materialización de un escenario que sí contemplaba el final del terrorismo mediante su propio colapso.
El informe critica también la actuación del Partido Popular bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, que ganó las elecciones en 2011. Alonso afirma que el PP continuó con aspectos fundamentales de la política antiterrorista socialista que criticó desde la oposición, citando la legalización del brazo político de ETA, la derogación de la doctrina Parot y la excarcelación de Josu Uribetxeberria Bolinaga.
El informe también incluye una declaración de Borja Sémper, diputado y portavoz del PP, quien dijo que «Bildu no es ETA» en una entrevista en 2013, «normalizando así la desviación que supone la naturalización democrática de los terroristas». Además, el análisis alcanza la actualidad de los gobiernos de Pedro Sánchez, ya que, según el informe, «nada hicieron por revertir la legitimación implícita del terrorismo y la rehabilitación política y social de sus promotores iniciada por sus predecesores».
El informe hace hincapié en la «legalización, legitimación y homologación democrática de Bildu». Los autores advierten que en la actualidad «el nacionalismo ejerce su hegemonía en el País Vasco sin condenar ni abandonar la ideología de deslegitimación con la que ETA asesinó y coaccionó».
Los autores del informe denuncian la imposición de un «relato falsario que favorece el blanqueamiento político de ETA y aleja a los españoles de la verdad de lo ocurrido tras cincuenta años de terrorismo nacionalista». Alonso advierte que «hoy se hace política como si ETA no hubiera existido, gracias a la tolerancia y la impotencia de quienes deberían defender la democracia activamente».
El informe finalmente pone de relieve que la integración del partido que lidera Arnaldo Otegi en el juego democrático, «con un protagonismo cada vez más creciente en la vida política española», oculta la «exculpación» de aquellos que aún legitiman el asesinato de centenares de españoles.