
El candidato del Partido Socialista Catalán (PSC) a la Generalitat, Salvador Illa, se enfrenta a un desafío sin precedentes derivado de las acciones unilaterales del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En un intento por controlar la situación, Illa convocó una reunión de la Ejecutiva en Sabadell, el bastión socialista elegido para iniciar la campaña. Esta reunión, tanto improvisada como extraordinaria, se convirtió en un llamado desesperado para fortalecer las filas del partido de cara a las elecciones del 12 de mayo.
El único punto en la agenda era un llamado a la resistencia, evidenciando la ausencia del líder del partido socialista y transformando el martirio personal de Sánchez en combustible electoral. El PSC mostró su apoyo incondicional a Sánchez a pesar de los ataques sistemáticos y personales que ha recibido, los cuales no tienen nada que ver con su obra de gobierno.
La desilusión en las filas socialistas era palpable. No porque los fieles del partido estuvieran abatidos, sino porque no mostraban la pasión y el fervor que caracteriza a quienes están a punto de ver en vivo al líder del nuevo socialismo. Entre ellos se encontraba Luisa Cristino, una de las primeras militantes en llegar al lugar, quien expresó su indignación con el Partido Popular y la ultraderecha.
El veterano simpatizante José Pérez consideró la situación como una oportunidad para fortalecer a Illa. Sin embargo, otros como Daniel Ordóñez estaban preocupados de que estos recientes acontecimientos pudieran afectar negativamente a la izquierda y poner en peligro la ventaja que tenían para las elecciones del 12 de mayo.
Estas preocupaciones se basan en la unanimidad de las encuestas publicadas hasta ahora, incluyendo la más reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que predice una victoria cómoda para el PSC con hasta 40 escaños. Sin embargo, Carles Puigdemont, de la coalición Junts, ha invitado al presidente del Gobierno a someterse a una cuestión de confianza como solución intermedia entre la continuidad y la marcha.
A pesar de la ausencia de Sánchez, los socialistas mostraron su apoyo enérgicamente cuando su imagen fue proyectada en la pantalla gigante. El auditorio se entregó rápidamente al grito unánime de «presidente, presidente». La alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés, y el ministro de Industria y ex alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, también expresaron su apoyo a Sánchez durante el evento.
Illa hizo un llamamiento al respeto al adversario, asegurando que se busca la destrucción de Sánchez mediante la utilización sistemática de las instituciones. Sin embargo, acabó sucumbiendo a la exaltación que espera movilice al electorado socialista el 12-M para concederle la victoria. El PSC está contigo, declaró Illa, marcando un tono de resistencia colectiva que busca impulsar la victoria en las próximas elecciones.