
En un histórico fallo, el Tribunal de Estrasburgo ha sentenciado que la inacción climática constituye una violación de los derechos humanos. Esta sentencia se deriva de tres casos que se presentaron ante el tribunal europeo. Los demandantes incluían a un grupo de seis jóvenes de Portugal, un alcalde francés y un colectivo de mujeres suizas de avanzada edad. Sin embargo, sólo el caso de las mujeres suizas resultó en un fallo favorable.
La presidenta del TEDH, Sofia O’Leary, declaró que Suiza había violado los derechos humanos de estas mujeres, agrupadas en la asociación Verein KlimaSeniorinnen, al no tomar medidas adecuadas contra el cambio climático. Las demandantes, todas mayores de 64 años, argumentaban que las fallas del gobierno suizo en la lucha contra el cambio climático estaban teniendo un impacto perjudicial en su salud.
Este grupo de mujeres, que se autodenomina «Mayores por la protección del clima», basó su argumento en la Constitución suiza y en el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Afirmaron que el Estado tiene la responsabilidad de proteger el derecho a la vida, un derecho que argumentan está siendo amenazado por la inacción climática.
Un estudio del Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical, encargado por la Oficina Federal de Salud Pública y la Oficina Federal de Medio Ambiente, respaldó las afirmaciones de las demandantes. El estudio encontró que durante el verano de 2022, Suiza experimentó un aumento de 474 muertes relacionadas con el calor, afectando principalmente a las personas mayores de 75 años, el 60% de las cuales eran mujeres.
No obstante, el tribunal de Estrasburgo declaró inadmisible la demanda presentada por seis jóvenes portugueses. La razón de este fallo fue que los jóvenes no habían agotado todos los recursos legales disponibles en su país antes de presentar su caso en Estrasburgo, una práctica que es una regla básica en estos procedimientos.
El tribunal también rechazó la demanda de Damien Carme, exalcalde de Grande-Synthe, una ciudad en el norte de Francia. Carme argumentó que su ciudad, con una población de poco más de 23.000 habitantes, está en riesgo de ser sumergida por el mar del Norte debido a la inacción del gobierno francés en materia de cambio climático.
El debate en Estrasburgo se centró en si la inacción o la insuficiencia de medidas tomadas por los países para combatir el cambio climático constituyen una violación de los derechos humanos. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha afirmado durante años que la crisis climática es la mayor amenaza para nuestra supervivencia como especie y está amenazando los derechos humanos en todo el mundo.
Gerry Liston, abogado y miembro de la Global Legal Action Network, señaló que según el Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático, el planeta está en camino a un calentamiento catastrófico de 3°C por encima de las temperaturas preindustriales. Esto sucederá «durante la vida de los demandantes», destacó Liston.
De hecho, los demandantes ya están experimentando los impactos del cambio climático. Las recientes olas de calor y lluvias torrenciales están restringiendo su capacidad de disfrutar del aire libre, hacer ejercicio, dormir y concentrarse. Además, están promoviendo la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, exacerbando condiciones como el asma y afectando la salud mental.
La activista climática Greta Thunberg estuvo entre las personas que se congregaron frente al tribunal para esperar su decisión. Catarina dos Santos Mota, una de las demandantes portuguesas, declaró que estos tres casos, representados por personas de entre 12 y más de 80 años, demuestran que la crisis climática nos afecta a todos.
Los seis demandantes portugueses, de entre 12 y 24 años, se movilizaron tras los devastadores incendios que asolaron Portugal en 2017, causando más de 100 muertes. En su demanda, argumentaban que la inacción en el cambio climático violaba varios artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos, incluyendo el derecho a la vida y el derecho a no ser torturado.