
El último trimestre de 2023 ha registrado un incremento significativo en las horas no trabajadas debido a la Incapacidad Temporal (IT). Según los datos del Ministerio de Seguridad Social, el 5,4% de las horas cotizadas a la Seguridad Social en este periodo no se trabajaron debido a la baja por IT. Esto contrasta con un 4% en el mismo periodo de 2019, antes de la irrupción de la pandemia.
El informe, actualizado por el Ministerio de Seguridad Social a partir de datos de la Tesorería, señala que el número total de horas cotizadas se situó en 7.117 millones en el último cuarto del año pasado. De estas, 386,69 millones no se trabajaron debido a la IT. Esta condición se refiere a la situación en la que la persona se encuentra temporalmente imposibilitada para trabajar debido a una enfermedad -común o profesional- o un accidente -laboral o no-, así como por interrupción del embarazo o por menstruación incapacitante.
El análisis de estos datos revela un incremento del 10,5% en el número total de horas cotizadas y un alza del 48,3% en el número de horas en IT en comparación con el último trimestre de 2019. Por lo tanto, se ha producido un aumento en el porcentaje de horas en las que no se acude al puesto de trabajo por estar de baja por enfermedad o accidente. Además, el número de horas en IT ha crecido cuatro veces más que el total de horas cotizadas.
Es importante aclarar que este aumento de las horas en IT no se debe a que ahora hay más trabajadores dados de alta en la Seguridad Social. De hecho, el número de horas de baja por IT por asalariado ha aumentado de 17,4 de media en el cuarto trimestre de 2019 a 23,7 en el último de 2023. Esto supone un incremento del 36,4% en comparación con antes de la pandemia.
La evolución de las bajas por IT es un motivo de preocupación para los agentes sociales y las principales instituciones económicas a nivel internacional. Este fenómeno puede afectar directamente la productividad laboral, el crecimiento de la actividad económica y, en última instancia, el empleo.
Existen varias razones que podrían explicar este incremento de las bajas por IT. Entre ellas se encuentran el envejecimiento demográfico, que conlleva una mayor proporción de trabajadores de más edad y más propensos a enfermedades o accidentes; el dinamismo económico, ya que cuando la economía va bien y el empleo crece, los trabajadores tienen menos miedo a coger una baja; la generosidad de las prestaciones en comparación con otros países; la mayor conciencia sobre la salud después del covid-19; y la saturación de los servicios de Salud que impide agilizar las altas.
Además, las horas no trabajadas por estar percibiendo otras prestaciones, como por ejemplo, por nacimiento de hijo, han aumentado de 2,9 a 3,5 horas por trabajador. Del mismo modo, las horas en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) han registrado un incremento, aunque menor, situándose actualmente en 0,28 horas por cotizante, frente a las 0,27 horas de 2019.
Finalmente, se destaca que este aumento del absentismo ‘justificado’ no ha impedido que el número total de horas efectivamente trabajadas por persona se mantenga constante en 409,2 horas al trimestre. Esta cifra representa una media de 6,8 horas diarias, el mismo nivel que en el último trimestre de 2019.