
La permanente inestabilidad política en España, que se ha convertido en una constante mensual, es un hecho reconocido incluso por el prestigioso periódico internacional The Economist. En un editorial reciente, la publicación se refiere al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un «drama king«, señalando la constante agitación política que ensombrece el panorama español.
Aunque se ha vuelto algo casi esperado, el mercado financiero no se inmuta mucho ante estos dramas políticos. Fuentes de un banco privado en el país afirman que la inestabilidad política en el país ha sido una constante durante muchos años y que, de hecho, no han recibido ninguna llamada de clientes preocupados por lo que pueda suceder en España a partir de la decisión que anuncie Sánchez el próximo lunes con referencia a si renunciará o no a su cargo.
Los altibajos de la política española se reflejan en la Bolsa española, que ha tenido un desempeño volátil recientemente. A pesar de un inicio prometedor, la sesión cerró en negativo debido a malos datos económicos provenientes de Estados Unidos. La Bolsa, representada por el Ibex 35, cerró con una caída del 0,5%, por debajo de los 11.000 puntos. Sin embargo, hubo algunos valores destacados, como el Banco Sabadell, que experimentó ganancias del 8% después de presentar resultados trimestrales favorables.
Para encontrar un escenario similar al actual en España, se podría mirar hacia Portugal. El Primer Ministro portugués, António Costa, también socialista, presentó su dimisión en noviembre pasado después de ser acusado de corrupción, aunque finalmente salió ileso. La Bolsa de Lisboa, cuyo principal índice es el PSI 20, experimentó una caída del 2,5% tras el anuncio de su dimisión.
Sin embargo, la realidad de España es diferente y tiene características propias. Algunos bancos de inversión la describen como una situación política «a la italiana«, en referencia a la elevada inestabilidad política del país. Un reciente informe publicado por KPMG, en colaboración con la CEOE, reveló que la mitad de los empresarios creen que la principal amenaza para la economía en los próximos doce meses es la inseguridad jurídica, mientras que el 44% está preocupado por la incertidumbre política.
Las preocupaciones se centran en la gran cantidad de leyes que se aprobaron durante la última legislatura, muchas de las cuales tenían implicaciones laborales y fiscales. Estas leyes han tenido un impacto directo en las operaciones y resultados de las empresas. Según el informe, se aprobaron más de 215 leyes, afectando áreas como la imposición de un peaje del 0,2% a los inversores en empresas españolas que capitalizan más de 1.000 millones de euros, conocido como la «Tasa Tobin«, aprobada a principios de 2020.
Además de la Tasa Tobin, los inversores también han expresado su descontento con impuestos sobre los beneficios no distribuidos por las socimis (vehículos de inversión inmobiliaria), ganancias extraordinarias de bancos y energéticas, y la nueva fiscalidad que afecta a las grandes fortunas con el impuesto sobre el patrimonio. En el caso de los planes de pensiones privados, el Ejecutivo de Sánchez redujo el mínimo permitido en aportaciones de 8.000 a 1.500 euros.
A pesar de la incertidumbre política y fiscal, los gestores de grandes patrimonios no prevén movimientos significativos en las carteras de sus clientes. Algunos reconocen que ha habido un aumento en la inversión en productos más conservadores y estables, como los bonos de renta fija.
Por ahora, parece que «no hay nada que asuste al mercado«. El Ibex ha subido un 20% en el semestre, en línea con otras plazas europeas y estadounidenses. Incluso en medio de crecientes tensiones en Oriente Medio, los inversores internacionales no se inmutan.
En el mercado de deuda, la prima de riesgo española subió un punto básico este jueves, hasta los 80, muy por debajo de los 100 puntos que llegó a alcanzar a principios de este año. En cuanto al bono nacional a diez años, algunas ventas durante la sesión hicieron que su rentabilidad aumentara hasta el 3,43%.