
El escenario político vasco está viviendo un momento crítico, con un mensaje claro por parte del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, que pide a los votantes actuar con responsabilidad y concentrar su voto en su partido si desean un cambio real. Otegi ha hecho un llamado directo a los simpatizantes de Podemos y Sumar para que utilicen su voto de manera estratégica en las próximas elecciones.
Hace ocho años, el partido de Pablo Iglesias logró una bolsa común de votos con EH Bildu, compartiendo un ideario político que oscila entre la indignación y el populismo, con matices de plurinacionalidad o independencia según sea el caso. En total, lograron medio millón de votos, una cifra que podría ser decisiva para que el partido de Otegi gane las elecciones por primera vez.
El panorama actual promete un cambio significativo, ya que parece seguro que EH Bildu mejorará sus resultados de hace cuatro años, en gran parte gracias a la transferencia de votos de ex-votantes de Podemos. La caída de Podemos ha ido en paralelo al crecimiento de Bildu, un hecho confirmado por el CIS de Tezanos. Según el barómetro de abril, el 36,4% de los electores que votaron por Podemos en las últimas elecciones autonómicas en el País Vasco ahora optarían por la formación que lidera Pello Otxandiano.
Rafael Leonisio, profesor de Ciencia Política de la UNED, destaca que Bildu le ha ganado parte del terreno a Podemos, priorizando temas propios del otro espacio: lo social, vivienda, juventud, valores, dejando a un lado su discurso más tradicional sobre la cuestión independentista.
EH Bildu ha demostrado un crecimiento notable en los últimos procesos electorales. En las pasadas generales, obtuvo su mejor resultado con 276.175 votos y se impuso como la fuerza más votada en 140 de 254 municipios. Este domingo enfrenta la posibilidad real de disputarle por primera vez en más de 40 años la hegemonía del nacionalismo vasco al PNV.
Este crecimiento de EH Bildu se debe en parte al desgaste que ha sufrido Podemos en los últimos años, que ha pasado de obtener 333.730 votos en 2016 a 72.113 en 2020. Por su parte, el partido abertzale ha seguido una trayectoria a la inversa, reflejada en los resultados electorales.
La formación de Ione Belarra está a la baja y su decisión de no concurrir junto a Sumar en estas elecciones dificulta las opciones de que el espacio a la izquierda del PSOE obtenga representación parlamentaria. Las últimas encuestas otorgan a los morados una intención de voto del 2,3% y del 3,1% a la plataforma de Yolanda Díaz.
Además, la gran cantidad de indecisos que no votaron en las pasadas autonómicas podría ser otro factor crucial para Bildu. Según el CIS, el 16,8% de los que se abstuvieron hace cuatro años votaría hoy a Otxandiano.
Una buena parte del electorado de EH Bildu proviene del voto joven. Leonisio señala que el voto joven es más de izquierdas que el voto de los mayores, y que aunque antes Bildu lo tenía más difícil, ahora parece haber roto su techo ético, lo que le permite ser hegemónico entre la gente más joven, que tiene menos recuerdos, o ninguno, de la época de la violencia y de la época de ETA. Para esta generación, Bildu es percibido como un partido normal, equivalente al BNG o ERC.