
El fútbol es un deporte de precisión y estrategia, y en el último partido entre el Real Madrid y el Mallorca, vimos cómo se ejecutaron estos principios en el campo. En su camino entre el Santiago Bernabéu y el Etihad Stadium, el Real Madrid hizo una escala en Son Moix para enfrentarse a un rival que no estaba en su radar continental, pero que se presentaba como un obstáculo en su lucha por la Liga.
Ante el aguerrido Mallorca de Aguirre, siempre listo para la batalla, Tchouamni ideó un disparo desde 30 metros que amplió la ventaja del Madrid en la cima de la clasificación. Con este 0-1, el equipo merengue se acerca cada vez más al título.
El entrenador del Madrid, Ancelotti, reflejó en su alineación sus intenciones. Con jugadores como Rüdiger, Mendy, Valverde y Bellingham en el campo, y sin Carvajal, Camavinga, Kroos, Vinicius ni Rodrygo, el italiano demostró que no todo es descanso, que también hay que jugar, y que conquistar el título doméstico es esencial para el análisis de su temporada.
Por su parte, el Mallorca, aún con el sabor amargo de la derrota en la final de Copa, se mantuvo fiel a los principios que le han llevado al éxito. Aguirre estableció un muro en su campo, encerró a sus jugadores detrás de él y buscó las transiciones rápidas y las jugadas a balón parado cuando el Madrid bajó la guardia.
Ancelotti entregó el timón a Modric, pero su equipo se mostró plano, horizontal y lento con el balón en la primera parte. Acostumbrado a la presencia de los dos brasileños en ataque, el Madrid echó de menos su movilidad y regate. Joselu mantuvo a raya a los centrales, pero ni Brahim ni Bellingham pudieron aprovecharlo, siempre por el centro, rodeados de jugadores mallorquines.
En el minuto 30, Rallo estuvo a punto de adelantar al Mallorca con un cabezazo tras un córner, pero Lunin demostró su rapidez de reflejos. Dos minutos después, Bellingham tuvo un segundo para pensar en la frontal, se posicionó y lanzó un disparo al travesaño.
Después del descanso, el Madrid despertó, consciente de que la Liga también requería su atención. En la primera jugada del segundo tiempo, Bellingham probó a Rajkovic, y en la siguiente, Tchouamni se atrevió a disparar desde 30 metros, su lanzamiento tocó en Morlanes y acabó en las redes del Mallorca mientras el portero se quedaba inmóvil.
El gol acomodó al Madrid en el césped y desequilibró al Mallorca, que se mostró cansado y menos audaz a la hora de intentar robar el balón. Esto dio pie a los mejores minutos de los de Ancelotti, con Brahim como protagonista. El andaluz tuvo dos oportunidades para marcar el 0-2, pero no logró concretar ninguna de ellas.
En el tramo final del partido, el brasileño Vinicius tomó las riendas y sus primeros toques al balón fueron regates y disparos, pero el Madrid siguió sin ver puerta, para desesperación de su entrenador. Valverde tuvo una oportunidad en el minuto 71 tras una jugada de Vinicius, pero la defensa del Mallorca rechazó el gol sobre la línea.
Aguirre reconoció el desgaste de su equipo y agitó el árbol para intentar el empate. Dio entrada a Darder, quien probó a Lunin con una volea desde lejos, y el Mallorca apretó en el tramo final. De hecho, estuvo a punto de dar una sorpresa y arrebatar dos puntos al líder de la Liga. Ahora el Madrid tiene una ventaja de 11 puntos sobre el Barça, a la espera de lo que hagan los azulgrana en Cádiz. Y el próximo domingo, el Clásico está en el horizonte.