
Los acontecimientos que rodean el juicio de Daniel Sancho, el español acusado de descuartizar a Edwin Arrieta en Tailandia, continúan teniendo lugar en la corte provincial de Koh Samui. En los últimos días, los detalles de la defensa de Sancho y su comportamiento en el tribunal han atraído la atención de muchos.
Sancho intentó cuestionar a una testigo, la empleada del supermercado donde compró las herramientas utilizadas en el macabro acto, sobre si el cuchillo que adquirió era el único disponible para cortar cocos. No obstante, el juez interrumpió a Sancho, negándole hacer más preguntas al acusado. «Todo el mundo sabe lo que hizo después con ese cuchillo», afirmó el magistrado.
En una declaración anterior, Sancho detalló que había cortado el cuerpo de la víctima en «17 o 20 partes», que metió en «ocho o nueve» bolsas de basura que luego fue arrojando por diferentes puntos de la isla tailandesa.
Estas declaraciones parecen estar en línea con la estrategia de defensa que sigue Sancho. Este sostiene que compró cuchillos porque iba a hacer vídeos de cocina tailandesa para su canal de Youtube, y que incluso pidió permiso a la dueña de la villa que alquiló y donde ocurrió el crimen para cocinar en la habitación.
Según una fuente presente en las sesiones del juicio, «Sancho está montando un show en el juicio». Esta misma fuente comentó que el acusado tiene una actitud muy desafiante, y describió el ambiente en la sala como «muy denso».
Sancho, quien ha estado encerrado durante ocho meses, lleva una mascarilla quirúrgica y va engrilletado de pies y manos durante el juicio. La fuente también informó que Sancho tiene hematomas en los tobillos y muñecas debido a las grilletes.
El juicio se ha llevado a cabo a puerta cerrada durante tres días consecutivos, bajo un silencio informativo decretado por el juez. Esta medida ha restringido la visión de lo que está sucediendo en el tribunal, a menudo reduciendo la información a filtraciones interesadas por las partes.
Por un lado, se habla de un Sancho nervioso. Por el otro, está el Sancho que se encara a los testigos; el que pide cambiar de traductora y hasta se enfrenta a la delegación diplomática española presente en la sala porque no le respaldan en su petición.
En la sesión del jueves, comenzaron a testificar los policías que participaron en la investigación del caso. Uno de los citados es el coronel Paisan Sangthep, jefe de la comisaría de Koh Phangan, que afirmó en una entrevista que tenían pruebas suficientes para sostener que Sancho había cometido un asesinato premeditado.
No obstante, en la misma entrevista, Sangthep dio una declaración que la defensa de Sancho ha utilizado para denunciar «irregularidades» durante la investigación. El policial confesó que intentaron «engañar a Daniel con preguntas» hasta que confesó y pudieron arrestarlo.
Los abogados de Sancho acusaron a los investigadores tailandeses de prometer al acusado que sería «deportado en 48 horas» si colaboraba en el caso. Según ellos, estas promesas son la razón por la que Sancho confesó el asesinato. También alegan que las autoridades tailandesas hicieron a Sancho «firmar papeles que no entendía porque estaban en tailandés».
El jueves no habrá juicio debido a que es festivo en Tailandia. Este fin de semana arranca el Festival Songkran, el Año Nuevo tailandés. Las vacaciones se extenderán hasta el miércoles, cuando se reanudará la sesión en el tribunal. Mientras tanto, se espera que los padres de Sancho puedan visitarlo en prisión durante estos días.
Es evidente que el juicio de Sancho está lejos de concluir, y los detalles de este caso continuarán surgiendo en las semanas venideras.