
En una nueva controversia que sacude la política española, el Gobierno ha reprendido a Bildu, el partido político de la izquierda abertzale, por su «total desprecio» hacia las víctimas y la sociedad al no reconocer a ETA como un grupo terrorista. A pesar de esto, la administración no está considerando descartar a Bildu como socio parlamentario. «Nada ha cambiado», declaró firmemente la portavoz del Ejecutivo central, Pilar Alegría.
Este conflicto se intensificó cuando el candidato de Bildu a las elecciones vascas, Pello Otxandiano, se refirió a ETA, la organización que fue responsable de la muerte de más de 850 personas durante cuatro décadas, como un «grupo armado». Esta frase provocó fuertes críticas de la portavoz del Gobierno, quien insistió en que todos los españoles saben que ETA fue una banda terrorista.
«Desgraciadamente en este país todos los españoles sabemos muy bien que ETA fue una banda terrorista. Y no reconocerlo así no sólo es cobarde, sino que demuestra un negacionismo absolutamente incompatible con la propia historia de nuestro país y con la democracia, que fue quien derrotó al terrorismo de ETA», enfatizó Alegría.
Estas declaraciones de Otxandiano se produjeron en respuesta a una pregunta específica en la Cadena Ser sobre si ETA era un grupo terrorista, a lo que él respondió: «Fue un grupo armado». Añadió que existen diferentes puntos de vista sobre lo que significó la violencia, ya sea los GAL, la tortura por parte de fuerzas y cuerpos policiales. También afirmó que hay un consenso en la sociedad vasca, 15 años después de la desaparición de ETA, de que ese ciclo de violencia se ha dejado atrás y que se puede construir el futuro de una manera más compartida y respetando a todas las víctimas.
Estas declaraciones no cayeron bien en algunos sectores. Eneko Andueza, candidato del PSE al 21-A, calificó las palabras de Otxandiano de «bajeza moral» y demostrativas de su cobardía. Destacó que Otxandiano sabía perfectamente dónde estaba cuando él, Andueza, estaba bajo la amenaza de ETA, una «organización terrorista». Este sentimiento fue compartido por la portavoz del Gobierno después del Consejo de Ministros.
Esta discusión se centra en un tema delicado y divisivo en la política española: el reconocimiento de ETA como grupo terrorista. ETA, cuyo nombre significa Euskadi Ta Askatasuna, o «Patria Vasca y Libertad» en euskera, fue un grupo separatista vasco que llevó a cabo una campaña de terror en España durante cuatro décadas antes de disolverse en 2018. El hecho de que Otxandiano se refiera a ETA como un «grupo armado» en lugar de un «grupo terrorista» ha causado malestar en algunos sectores políticos y sociales.
El Gobierno, y en particular su portavoz, Pilar Alegría, ha criticado este negacionismo y ha subrayado la importancia de reconocer a ETA como un grupo terrorista. Incluso con estas fuertes palabras, sin embargo, el Gobierno no ha descartado a Bildu como socio parlamentario. Esta decisión ha sido calificada de «inmutable», lo que sugiere un deseo de mantener la estabilidad en el panorama político a pesar de las tensiones.
Esta controversia pone de relieve la tensión continua en torno a la interpretación y memoria de la violencia de ETA en la política y la sociedad españolas. A medida que el país sigue adelante y construye su futuro, la cuestión del reconocimiento de ETA como grupo terrorista sigue siendo un tema de debate y división. A pesar de las críticas y el intenso escrutinio, Bildu mantiene su posición, lo que refleja la complejidad y la profundidad de este tema en la política española.