
La Seguridad Social de España se enfrenta a un desafío financiero creciente, ya que el gasto mensual en pensiones ha alcanzado 12.710,8 millones de euros, según el informe de abril publicado recientemente. Este gasto representa el 11,5% del PIB, un aumento del 6,2% respecto al año pasado y es el doble de lo que se gastaba hace quince años, cuando la nómina mensual era de 6.389 millones de euros.
Este aumento en el gasto en pensiones se debe en gran parte al envejecimiento de la población y al aumento del número de pensionistas, especialmente con la jubilación de la generación del baby boom. Otro factor es el llamado efecto sustitución, debido a que las nuevas pensiones que se dan de alta en el sistema son mucho más elevadas que las que se dan de baja por fallecimiento. Sin embargo, el factor más importante es el incremento que han experimentado las pensiones en los últimos años, una tendencia que se ha ido consolidando anualmente. Este incremento ha sido especialmente notable desde que las pensiones se revalorizan anualmente en función del IPC, y después de la reciente inflación mundial que ha provocado un aumento de las pensiones del 8,5% en 2023 y del 3,8% en 2024.
La ministra Elma Saiz ha defendido la decisión de ajustar las pensiones al IPC, afirmando que «La subida de los precios a consecuencia de la guerra de Ucrania nos ha demostrado que revalorizar las pensiones de acuerdo al IPC por ley fue muy acertado. Es seguridad para nuestros pensionistas y es justicia social».
Sin embargo, el Informe sobre Envejecimiento (Ageing Report) publicado la semana pasada por la Comisión Europea advierte que el sistema de pensiones español no es sostenible a largo plazo y que serán necesarias nuevas medidas para ajustarlo, posiblemente a partir de 2025. Según el informe, el gasto del sistema crecerá en 3,6 puntos de 2022 a 2070 y, después de las verificaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), podría ser necesario un ajuste del 0,8% del PIB, equivalente a 12.000 millones de euros actuales.
La pensión media en España se sitúa actualmente en 1.252,3 euros, lo que representa un incremento del 27% en los últimos cinco años. En total, 729.048 pensiones recibieron en abril un complemento para reducir la brecha de género, y el 90% de estas eran percibidas por mujeres (655.508). El importe medio mensual de este complemento es de 71 euros.
La pensión de jubilación es la más cuantiosa, con un promedio de 1.439 euros al mes, y es la que consume la mayor parte del presupuesto de la Seguridad Social (9.302 millones mensuales). Le siguen las pensiones por Incapacidad Permanente (1.160 euros), Viudedad (894,8 euros), a favor de un familiar (739 euros al mes) y Orfandad (501 euros), todas ellas sujetas a cambios futuros.
Los datos de abril también muestran que el número de jubilaciones anticipadas ha disminuido hasta representar el 34,1% del total de altas, frente al 45,1% hace un año. Este cambio se debe en parte a las reformas de las pensiones que incentivaron la jubilación tardía y penalizaron la anticipada.
En cuanto a las diferencias regionales, los pensionistas vascos son los que reciben las pensiones más altas, con una media de 1.760 euros, seguidos de los asturianos (1.711) y los madrileños (1.659). En el extremo opuesto se encuentran los extremeños (1.207 euros), gallegos (1.226) y murcianos (1.290 euros).
Cataluña es la comunidad con más pensionistas (1,56 millones), seguida de Andalucía (1,50 millones) y la Comunidad de Madrid (1,1 millones). Las regiones menos pobladas, como La Rioja (66.498), Cantabria (131.653) y la Comunidad Foral de Navarra (131.835), son las que tienen menos pensionistas.