
El sábado pasado, venezolanos de diversas partes de Europa y América se unieron para responder al llamado de la líder opositora, María Corina Machado. Estos venezolanos en el extranjero levantaron sus voces para volver a exigir elecciones justas para su país. Esta convocatoria de Machado coincidió con diversos esfuerzos de activistas en Europa y América Latina para superar la operación morrocoy, un término utilizado para referirse a la ralentización del proceso de registro en el censo electoral en los diversos consulados.
Tras observar cómo las protestas se intensificaban en diferentes países, la líder liberal-conservadora respondió a través de sus redes sociales. «Sin pensar en detenernos. Remamos… Hoy más que nunca el mundo tiene que entender la fuerza que hemos acumulado unidos en un sueño de libertad», expresó.
En Madrid, un grupo considerable de venezolanos se congregó en la Plaza de Callao después de una semana llena de quejas contra el Consulado. El Consulado ha estado dificultando al máximo la posibilidad de convertirse en votante. La protesta de la joven Lorena Lima, quien realizó una huelga de hambre frente a las oficinas de la delegación chavista, motivó a los venezolanos residentes en la capital a reclamar sus derechos, que ahora están siendo violados.
El jueves pasado, más de 100 personas presentaron a las autoridades consulares una carta en la que expresaban su rechazo a los «requisitos limitantes establecidos», especialmente los que se refieren a la obligatoriedad de presentar pruebas de residencia y un pasaporte vigente.
Históricamente, la revolución bolivariana ha dificultado el voto en el exterior, sabiendo que es mayoritariamente antichavista. Actualmente, con al menos cinco millones de posibles votantes en el exterior, los expertos temen que solo unos pocos miles podrán votar en las elecciones del 28 de julio. Dentro de Venezuela, también se presentan dificultades para los nuevos votantes: al menos tres millones de jóvenes aún no forman parte del registro electoral. Tanto para los residentes en el país como para la diáspora, el registro cerrará en menos de dos semanas.
David Smolansky, quien fue delegado para la migración venezolana de la Organización de Estados Americanos (OEA), también elevó su voz. «Venezolanos alzando su voz por la discriminación sistemática del régimen en contra de quienes somos migrantes. Se nos niega el derecho a la identidad y a participar. No somos menos por estar afuera», expresó.
El régimen del presidente Nicolás Maduro ha bloqueado casi todas las vías hacia las elecciones libres prometidas en los Acuerdos de Barbados con la oposición, que cuentan con el respaldo de la comunidad internacional. La última maniobra del gobierno de Caracas fue el bloqueo contra la candidatura de la filósofa y académica Corina Yoris, elegida por María Corina Machado como su sustituta. Yoris, de 80 años, contaba con la aprobación previa de todos los partidos que conforman la Plataforma Unitaria Opositora.
Las últimas leyes aprobadas por el poder bolivariano, como la que pretende perseguir al fascismo y al neofascismo, también amenazan a opositores y activistas en pleno proceso electoral. En días recientes, Nicolás Maduro ha retomado las amenazas contra Guyana, tras la aprobación de una ley que declara la disposición de anexarse el territorio del Esequibo, que ha sido objeto de una disputa histórica con Georgetown.
Estos eventos enfatizan la lucha continua de los venezolanos por la democracia y la libertad tanto en su país natal como en el extranjero. A medida que se acerca la fecha límite para el registro electoral, la tensión y la incertidumbre sobre el futuro de Venezuela y sus ciudadanos continúan aumentando.