
En un esfuerzo humanitario sin precedentes, el Ministerio de Defensa de España ha patrocinado la repatriación de un ciudadano vasco gravemente enfermo desde la lejana ciudad de Bangkok, Tailandia. El avión médico despegó el domingo a las 08:55 hora local (01:55 GMT) con destino a Bilbao, llevando a bordo a la madre y la cuñada del enfermo.
Las fuentes cercanas al operativo de evacuación confirmaron que el paciente, a pesar de su grave condición, estaba estable en el momento del despegue. El avión estaba tripulado por un equipo de 24 personas que viajaron desde España el sábado, incluyendo a cinco médicos y cuatro enfermeros militares, tal como informó la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Robles espera recibir a la Unidad Médica de Aeroevacuación (Umaer) en la base aérea de Torrejón a las 20:00 horas, después de que el avión haya dejado al enfermo en Bilbao. El vuelo de repatriación tuvo una duración de unas doce horas.
El paciente, quien ha estado ingresado en la UCI en Tailandia debido a su gravedad, intentó retornar a España por otros medios en dos ocasiones sin éxito. Ahora, será ingresado en el hospital de Cruces, en la localidad vizcaína de Barakaldo. Robles ha reconocido que se trata de una «aeroevacuación muy difícil».
El ciudadano español, identificado como Alexander García Galas, de 36 años, sufre de una pancreatitis severa. Ante las dificultades para repatriarlo, su familia solicitó la ayuda del gobierno español porque se encontraba en peligro de muerte inminente, según los médicos. García Galas estaba ingresado en la UCI del Hospital Samitivej de Bangkok, a donde se desplazó hace poco más de un mes con su esposa.
La situación de García Galas se complicó durante su estancia en Tailandia. Aunque contaba con una póliza de seguros, su estado de salud se deterioró rápidamente, hospitalizado con una «pancreatitis necrotizante de origen biliar a un 30%», según su prima y portavoz de la familia, Janire Galas.
Un primer intento de repatriación por una línea aérea regular fue frustrado cuando el piloto no le permitió embarcar debido a que estaba «vomitando». García Galas fue trasladado a un segundo hospital, el Samitivej de Bangkok, donde le detectaron una neumonía entre otras complicaciones.
La condición de García Galas siguió «empeorando», hasta que sufrió un «paro cardíaco» que obligó a intubarlo. La familia intentó que fuera repatriado en una ambulancia aérea, pero la compañía de seguros respondió que esta posibilidad «no se contemplaba en la póliza», a pesar de que, según Galas, en el documento aparece un apartado con la frase «repatriación ilimitada».
Ante la grave situación, la familia contrató una ambulancia aérea privada con dos médicos que viajaron a Tailandia. Sin embargo, se determinó que el paciente necesitaba 30 litros de oxígeno, cuando el informe del hospital indicaba que precisaba cuatro. Por lo tanto, decidieron romper el contrato, no trasladarlo y devolverlo al hospital.
Posteriormente, la familia recibió un informe del hospital en el que se les informó que aún era posible que el enfermo fuera repatriado si se hace en un avión medicalizado. Se les advirtió de que debía de «volar ya» y que debería hacerlo «lo más rápido que se pueda porque hay riesgo de hemorragia interna severa».
El informe también señaló que la pancreatitis necrotizante había aumentado «del 30% al 50%» y que «los antibióticos que están usando ya no le hacen nada». Ante esta situación, la familia solicitó la repatriación a través de la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire.
La repatriación de García Galas pone en evidencia los desafíos y la complejidad que conlleva el traslado de pacientes en estado crítico a través de largas distancias. Asimismo, resalta la importancia de contar con un seguro de viaje adecuado, que pueda cubrir eventualidades tan extremas como esta.