
La capital de Haití, Puerto Príncipe, está en medio de una batalla campal. Bandas callejeras, lideradas por el ex policía, Jimmy Chrizier, conocido como Barbecue, han llevado su violento desafío contra el Gobierno hasta las puertas del Palacio Nacional. Las fuerzas de la Policía Nacional lograron repeler el ataque de la alianza de mafias, conocida como Vivir Juntos, que busca derrocar al primer ministro Ariel Henry.
Los enfrentamientos han sido especialmente feroces en el Campo de Marte, que durante años ha sido hogar de un enorme campamento para los refugiados del terremoto de 2010. Este terremoto también destruyó gran parte del Palacio Nacional.
Haití ha estado sumido en una espiral de violencia y caos, alimentado por las bandas armadas que aprovecharon la ausencia del primer ministro Henry. El primer ministro, quien ha estado en el poder desde el asesinato del presidente Jovenel Mose en 2021, ha perdido la confianza de Estados Unidos y otros aliados por retrasar repetidamente las elecciones pendientes en el país.
Henry se encuentra actualmente varado en San Juan de Puerto Rico, después de que su intento de aterrizaje en Santo Domingo fracasó. Su última propuesta de convocar elecciones presidenciales antes de agosto del próximo año fue rechazada tanto dentro como fuera de la isla, lo que sólo ha añadido más combustible al fuego.
La situación en Haití es tan grave que incluso los haitianos residentes en Puerto Rico se han congregado fuera del hotel donde se aloja Henry para mostrar su rechazo. No está claro si Ariel Henry participará en la cumbre prevista para mañana en Jamaica, liderada por el actual presidente de la Comunidad del Caribe (Caricom), el guyanés Irfaan Ali.
Ali ha señalado que, aunque se están logrando avances significativos, las partes interesadas aún no están donde deberían estar. Los aliados caribeños están buscando urgentemente una solución que garantice una transición pacífica y la entrega del poder a un gobierno provisional.
Los violentos ataques han sido tan extremos que las bandas lograron liberar a más de 3.000 prisioneros tras atacar las dos cárceles más grandes del país la semana pasada. Los vecinos hablaban de un «Apocalipsis criminal» en grupos de WhatsApp.
Las autoridades han informado de saqueos y destrucción de hospitales, escuelas y comisarías, además de intentos de tomar el Ministerio de Interior y el principal cuartel de la Policía Nacional. «Los bandidos destruyeron las vallas del recinto y los contenedores que estaban almacenados también fueron saqueados«, advirtió Jocelin Villier, al frente de la Autoridad Portuaria Nacional.
El aeropuerto también está bajo asedio, con los muros exteriores perforados por la violencia de los ataques. La situación es tan grave en Puerto Príncipe que el Ministerio de Defensa de la vecina República Dominicana ha preparado un plan de contingencia para evacuar a sus diplomáticos y a los funcionarios de países vecinos de la capital haitiana.
En medio de estas negociaciones y la violencia en curso, Haití y en particular Puerto Príncipe están resistiendo apenas la embestida de los violentos. A medida que avanza la crisis, la comunidad internacional sigue vigilando de cerca la situación, con la esperanza de una resolución pacífica y la restauración del orden.