
La crisis diplomática en las Américas se agrava a medida que el gobierno de Daniel Noboa ha tomado la decisión de expulsar a la embajadora mexicana en Ecuador, Raquel Serur, y la ha declarado persona non grata. Esta acción se ha llevado a cabo en respuesta a las polémicas declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre el asesinato del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, que fue asesinado apenas diez días antes de la apertura de las urnas electorales.
El gobierno ecuatoriano ha expresado su profundo pesar y consternación por este asesinato, que ha causado gran conmoción en la sociedad ecuatoriana y ha supuesto un serio ataque contra la democracia, la paz y la seguridad del país. Según un comunicado de la Cancillería, Ecuador sigue enfrentándose al crimen organizado transnacional, que amenaza al Estado, a sus instituciones democráticas y a su población.
Se espera que la expulsión de la embajadora Serur se lleve a cabo en un «breve plazo». Por lo general, se proporcionan 72 horas para que la persona declarada non grata abandone el país. A pesar de esta tensión, los dos países no rompen relaciones diplomáticas de manera oficial.
La tensión entre México y Ecuador se ha agravado debido a las declaraciones del presidente López Obrador en sus habituales conferencias matutinas. El presidente mexicano explicó cómo el asesinato de Villavicencio había afectado a la candidata favorita, Luisa González, representante de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, con quien tiene una estrecha alianza. López Obrador especuló sobre quién salía beneficiado del atentado, utilizando una serie de datos incorrectos.
Las relaciones entre los dos países ya se encontraban en un estado de tensión debido al apoyo brindado por el gobierno mexicano a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, que se refugió en la embajada mexicana en Quito para escapar de la justicia que lo perseguía por corrupción. Glas, quien estuvo en prisión durante varios años, fue implicado en el caso Metástasis, ya que según las investigaciones de la Fiscalía, un capo narcotraficante pagó al juez que ordenó la liberación de Glas.
Además, en el proceso judicial contra aquellos que contrataron a los sicarios colombianos responsables del asesinato de Villavicencio, se ha descubierto que estos formaban parte de la banda de Los Lobos, aliados del Cartel mexicano Jalisco Nueva Generación.
En las últimas semanas, varios presidentes del continente han intercambiado acusaciones que han puesto las relaciones diplomáticas entre sus países en máxima tensión. Entre ellos, los presidentes izquierdistas de Brasil, Lula da Silva, y Colombia, Gustavo Petro, quienes han denunciado la última cacicada electoral de Nicolás Maduro. En respuesta, Caracas y su aliado nicaragüense han reaccionado con ira. Mientras tanto, México ha guardado silencio sobre el bloqueo de la candidatura democrática en las elecciones presidenciales de Venezuela.
Finalmente, el rifirrafe que sostuvieron México y Colombia con el presidente argentino, Javier Milei, parece haberse resuelto, al menos por el momento. Estas tensiones a lo largo de las Américas subrayan la complejidad de la política regional y la necesidad de un diálogo continuo para mantener la paz y la estabilidad en la región.