
En la era de la digitalización y las citas en línea, la primera cita puede parecer un viaje a un territorio desconocido. Con la popularización de las aplicaciones de citas y los encuentros a ciegas, planificar una cita con un desconocido con intenciones sentimentales y/o sexuales se ha convertido en algo casi cotidiano en las agendas amorosas del siglo XXI.
El alcohol ha sido durante mucho tiempo considerado un aliado en estas situaciones, ayudando a romper el hielo y aportando un toque de diversión y chispa al encuentro. Pero las nuevas generaciones están liderando un cambio en este sentido, dando lugar a la tendencia del ‘dry dating’.
El ‘dry dating’ o citas sin alcohol, es una tendencia que está ganando terreno, especialmente entre la Generación Z. Según los datos de 2023 facilitados por los usuarios de Tinder, una de las aplicaciones de citas más populares, más del 25% de los miembros de entre 18 y 25 años afirmaron que bebían menos en las citas en comparación al año anterior. Además, una encuesta realizada en 2022 en Estados Unidos, Reino Unido y Australia reveló que el 72% de los jóvenes se declaraban abstemios o bebedores muy ocasionales.
Laura Tejedor, una joven de 21 años, es un ejemplo de esta tendencia. Aunque no es abstemia, prefiere no beber en las citas: «El alcohol me afecta y los chicos me parecen más majos de lo que realmente son. Paso cosas por alto y creo que si se trata de un desconocido tienes que tener todos tus sentidos alerta», explica. Laura ha aprendido de experiencias pasadas que el alcohol puede distorsionar su percepción, llevándola a ver príncipes donde solo hay sapos. Además, considera que es mejor presentarse tal y como es, sin la influencia del alcohol: «Creo que el otro merece conocerme como soy, al 100%, y no hacerle perder el tiempo».
Luca Jiménez, psicóloga y sexóloga del portal Diversual, coincide con Laura en que las citas sin alcohol son una respuesta a un cambio generacional. «El alcohol desinhibe y calma los nervios, pero como depresor que es, hace que no estés atento a los mensajes de incomodidad o desconfianza que puede mandarte tu cuerpo. En una primera cita es útil poder escucharlos y estar muy consciente para luego tomar decisiones», advierte.
Asimismo, señala que el alcohol puede afectar negativamente el rendimiento sexual: «Una copa te excita, pero también puede dificultar los orgasmos, las erecciones y la lubricación».
Al igual que Laura, Belen García, de 23 años, también prefiere no beber en las primeras citas: «No me gusta perder el control si no tengo confianza con el chico. Si no estás al 100% no ves las ‘red flags’ que a lo mejor tienes delante», dice en alusión a comportamientos o actitudes del partenaire que uno considera pura dinamita en una relación. Belén insiste en la importancia de estar atenta a comentarios fuera de tono que puedan ser indicativos de un comportamiento problemático.
Sara Navarrete, directora del Centro de Psicología Clínica y de la Salud de Valencia, señala que el alcohol puede distorsionar la percepción hasta el punto de que uno puede creer que la cita va fenomenal y que, en realidad, «no está funcionando en absoluto». También destaca una brecha de género: «Por la educación recibida, a las mujeres les genera más ansiedad que el encuentro salga bien. Si él bebe, hacen el esfuerzo de tomarse una copa para facilitar el vínculo», concluye.
En resumen, la tendencia del ‘dry dating’ parece estar arraigando entre las nuevas generaciones. Aunque el alcohol puede ayudar a desinhibirse y a aliviar los nervios, también puede distorsionar la percepción y dificultar la toma de decisiones conscientes y saludables. En este sentido, cada vez son más los jóvenes que optan por mantenerse sobrios durante las primeras citas, buscando crear conexiones auténticas y seguras. Este cambio de actitud hacia el consumo de alcohol en las citas pone de manifiesto un cambio generacional y una mayor conciencia sobre la importancia de la salud y el bienestar personal.