
En lo que parece ser el comienzo de una guerra largamente anticipada en Oriente Próximo, Irán ha lanzado un ataque masivo con misiles y drones contra Israel. Este incidente se produce en represalia por el asesinato del general de la Guardia Revolucionaria iraní, Mohamed Reza Zahedi, quien murió en un bombardeo aéreo israelí en Siria a principios de este mes. El Consejo de Seguridad de Estados Unidos advirtió que el ataque duraría varias horas.
La inteligencia estadounidense había anticipado un ataque iraní en represalia por la muerte de Zahedi. El asesinato del general ocurrió en el consulado de Irán en Damasco, la capital de Siria, un acto que oscurece las líneas de la soberanía, ya que el consulado forma parte del complejo de la embajada de Irán en Siria. Israel tomó la decisión de asesinar a Zahedi después de que el puerto de Eilat, su única salida al Mar Rojo, fuera atacado por drones lanzados por las milicias hutíes proiraníes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a sus ciudadanos a mantener la calma. «Nuestros sistemas defensivos están desplegados y estamos preparados para cualquier escenario», afirmó en un mensaje televisado. También amenazó con una escalada, una perspectiva que preocupa a Estados Unidos, al resto de los países de la región y a Europa.
En respuesta al ataque, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se dirigió desde su hogar en Delaware a la Casa Blanca. El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos emitió un comunicado que decía «el presidente Biden ha sido claro: nuestro apoyo a la seguridad de Israel es férreo».
Según la televisión estadounidense ABC, se estima que Irán ha lanzado entre 400 y 500 drones, además de un número indeterminado de misiles. Algunos de estos proyectiles han partido desde Líbano, Siria, Irak y Yemen. La cadena de televisión saudí Al-Arabiya informó que los aviones estadounidenses están derribando drones y misiles sobre Irak en tránsito a Israel.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que su país también tiene la capacidad de derribar los misiles y drones de Irán. Esto parece sugerir que la Fuerza Aérea británica está interviniendo directamente. Mientras tanto, Irán ha amenazado con tomar acciones contra los países que abran su espacio aéreo a Israel o a sus aliados.
Israel cuenta con uno de los sistemas de defensa antimisiles más avanzados del mundo, y ha estado preparándose para un ataque como este durante más de dos décadas. Su famoso sistema antimisiles Iron Dome, financiado por los Estados Unidos pero desarrollado por Israel, ha demostrado su utilidad en numerosas ocasiones.
Esta ofensiva representa la mayor escalada desde que el grupo terrorista proiraní Hamas atacó a Israel en octubre, causando la muerte de 1.143 ciudadanos de ese país y secuestrando a 248 personas. La ola de ataques desencadenó la invasión del enclave palestino de Gaza, que controlaba Hamas. Desde entonces, la guerra de Gaza ha causado alrededor de 33.000 muertes, la mayoría de ellos civiles, y amenaza con causar una crisis humanitaria de grandes dimensiones.
Las milicias proiraníes han atacado a los soldados estadounidenses en Irak, Jordania y Siria, matando a tres de ellos y obligando a Estados Unidos a atacar una serie de objetivos en Irak y Siria en enero. Estados Unidos y Reino Unido también han bombardeado repetidamente a las fuerzas hutíes.
Esta situación constituye una guerra regional, con el mayor frente de batalla en Gaza, pero con enfrentamientos armados en cinco países (Israel, Líbano, Jordania, Irak y Yemen), con Israel, Irán y Estados Unidos como protagonistas. Ahora, Irán ha entrado directamente en acción, ya no solo como proveedor de armas y estrategia.