
Donald Trump, el ex presidente de los Estados Unidos, ha hecho historia al convertirse en el primer ex mandatario de la nación en enfrentar un encausamiento penal. Para algunos, esto podría ser una mancha en su currículo, pero para Trump, la situación parece ser más bien lo contrario.
El juicio a Trump se centra en los pagos irregulares que se hicieron a la actriz porno Stormy Daniels durante su campaña electoral de 2016. Este suceso se presenta en un momento crucial, ya que Trump es el candidato republicano para las próximas elecciones presidenciales del 5 de noviembre, pendiente de confirmación oficial.
Además de enfrentarse a este juicio, Trump también se ve acosado por problemas financieros. El ex presidente afronta importantes gastos en abogados y ha sufrido ya dos fracasos por la vía civil en un juicio por difamación y otro por fraude en su empresa. Estos casos le han costado más de 300 millones de dólares solo en fianzas para poder apelar.
El juicio comienza con la selección del jurado, un procedimiento que normalmente es rutinario, pero que en este caso ya tiene implicaciones políticas. Los doce miembros del jurado deben demostrar que no tienen prejuicios sobre el acusado ni ideas preconcebidas que puedan influir en su veredicto, algo complicado dada la personalidad divisiva de Trump.
La selección del jurado puede llevar hasta dos semanas. Durante este tiempo, los posibles miembros del jurado serán examinados tanto por la defensa como por la Fiscalía. Investigarán, por ejemplo, si alguno de ellos ha participado como voluntario en campañas a favor o en contra de Trump. También examinarán si sus sentimientos hacia el acusado pueden influir en sus decisiones.
Según el diario The New York Times, la Fiscalía prefiere a jurados con estudios universitarios, a los que se les atribuyen opiniones progresistas y más cercanas al Partido Demócrata. Por otro lado, la defensa de Trump apuntará a ciudadanos procedentes de cuerpos de seguridad, como la policía y los bomberos, donde abundan las sensibilidades conservadoras.
El juez del caso, Juan Merchan (de origen colombiano), ha impuesto una orden mordaza contra Trump. Esta herramienta, relativamente común en el sistema judicial estadounidense, prohíbe al acusado hacer comentarios públicos, incluidos en las redes sociales, sobre los implicados en su proceso. En este caso, la medida impide a Trump hacer comentarios sobre los testigos, fiscales, miembros del jurado y personal de la corte, así como a sus familiares.
La popularidad de Trump, un experto en marketing que ha adoptado las expresiones de «Fake news» y «Caza de brujas», no flaquea más que la de su oponente, el presidente demócrata Joe Biden. Según un agregado de encuestas publicado por The Hill/Decision Desk, Trump supera a Biden a nivel nacional por un 0,6 %.
A pesar de todo, el avance de Trump en las encuestas sorprende incluso a su propio partido. Michael Steele, ex presidente del Comité Nacional Republicano (CNR), describió como «vergonzoso» que los ciudadanos elijan a Trump y argumentó que sus votantes creen que puede resolver todos sus problemas.
El magnate inmobiliario parece capaz de sacar beneficio económico de sus propios problemas. Ha sacado a bolsa su red social y ha vendido zapatillas de una edición especial. La campaña de Biden y los demócratas mantiene una clara ventaja recaudatoria, pero el candidato republicano está poniendo al día gracias a simpatizantes multimillonarios y al conocimiento de su público objetivo.
En un evento reciente en la mansión de Florida del magnate John Paulson, la campaña de Trump recaudó 50 millones de dólares. Entre los invitados se encontraban otros empresarios de renombre como Robert Bigelow, Steve Wynn o Robert Mercer. Mientras tanto, los demócratas celebraron un evento en Nueva York que recaudó 36 millones de dólares y reunió a Biden con sus predecesores Barack Obama y Bill Clinton.
Los resultados de las próximas semanas serán determinantes para Trump. El juicio penal en Nueva York comienza solo dos días antes de las primarias republicanas en el estado clave de Pensilvania, donde Trump tiene previsto celebrar un mitin y un acto de campaña con donantes.