
La empresa italiana de patatas fritas Amica Chips ha desatado una ola de críticas por su última campaña publicitaria, que ha sido considerada blasfema y ofensiva para los católicos. El anuncio, que mostraba a un grupo de religiosas comiendo patatas fritas en lugar de recibir la sagrada forma, ha sido retirado de la cuenta oficial de Instagram de la empresa tras las protestas.
La campaña publicitaria mostraba a un grupo de religiosas preparándose para recibir la sagrada forma, pero en lugar de una hostia, ingieren una patata frita. El anuncio llevaba el sonido crujiente del snack para enfatizar el contraste con el ritual religioso. Las reacciones a la campaña no se hicieron esperar, con un espectador preguntando: «¿Por qué no lo haces con Mahoma? Blasfemo».
Amica Chips, que durante 30 años se ha enorgullecido de ser «la amiga de todos los italianos», ha provocado una controversia con esta campaña. A pesar de su popularidad, la empresa ha perdido a varios de sus seguidores fieles debido a la campaña, que muchos consideran que trivializa la Sagrada Forma al equipararla con un alimento crujiente.
El anuncio ha provocado la ira de muchos católicos practicantes, que se han sentido ofendidos por la banalización de un ritual sagrado. La Asociación Italiana de Radioyentes y Telespectadores (Aiart) ha pedido la «suspensión inmediata» del anuncio, alegando que ofende la sensibilidad religiosa de millones de católicos practicantes.
La Aiart ha denunciado el anuncio ante el Instituto de Autodisciplina Publicitaria, alegando que es contrario a los artículos 1 y 10, lealtad de la comunicación, convicciones morales, civiles, religiosas y dignidad de la persona, del código de autodisciplina de la comunicación comercial.
Giovanni Baggio, presidente nacional de la Aiart, ha criticado que el anuncio es un intento de «reactivar una sociedad recurriendo a la blasfemia». Baggio ha calificado el anuncio de «doloroso» y «blasfemo».
La Aiart ha expresado su preocupación por lo que considera una muestra de «indiferencia ética» que distingue el comportamiento de una empresa y de un anunciante. En un comunicado, la asociación ha dicho que se apela a la corrección política y a la cultura de la cancelación, pero sólo contra la religión cristiana.
Las reacciones en las redes sociales han sido vehementes, con una mujer desafiando a la empresa a «burlarse de Mahoma» y ver las consecuencias. Otras han criticado la campaña por su falta de sensibilidad, inteligencia y sentido común, calificándola de «cruda» y «blasfema».
Por otro lado, hay quien ha encontrado «elegancia» en el anuncio, demostrando que las opiniones sobre la campaña son variadas y subjetivas.
Amica Chips fue fundada a principios de los años 90 por Alfredo Moratti y Andrea Roman, de ahí su nombre. La empresa creció a través de la adquisición de otras marcas como Dorita, Pandal y Mia y el lanzamiento de productos renovados como Eldorada, la primera «Amica más espesa».
En 2006, Amica Chips también protagonizó un anuncio icónico en televisión que fue objeto de conversación en todo el país. La empresa, líder en el mercado de patatas fritas, cuenta con una plantilla de más de 350 empleados, factura 130 millones de euros y exporta a más de 22 países.